Un padre canadiense estuvo más de 30 horas realizándose un tatuaje, pero con un claro objetivo en mente: solidarizar con su hijo de tan sólo 8 años, acomplejado por una mancha de nacimiento.

Se trata de Derek Prue, residente de la localidad de Edmonton, quien decidió tatuarse la misma marca de su hijo, para que ahora pudiera quitarse la polera, algo que antes no hacía, producto de la vergüenza que le provocaba la marca.

“Sé que él era consciente de su marca”, señaló Prue al programa Edmonton AM de CBC. “Vi cómo estaba reaccionando y quise hacerlo para que él viera que no era el único”.

Pero Prue reconoció que sufrió en el proceso. “Es muy doloroso”, admitió. En la primera sesión, recordó, pasaron tres o cuatro horas y le dijo a Tony Gibbert, dueño del estudio: “Bien, ya casi terminamos, ¿no?”. Él respondió: “Sí, casi terminamos… el delineado”.

Y es que en total, fueron más de 30 horas de trabajo, el cual no fue cobrado por el tatuador, una vez que supo la conmovedora historia detrás.

¿Cuál fue la reacción del niño al ver el tatuaje de su padre? “Estaba contento y un poco confundido. No sabía que iba a hacer eso”, dijo Derek, aunque luego reconoció que el menor lo encontró “genial”, asegurándole que cada vez que estuviera junto a él, se sacaría la polera en la piscina, dejando de lado los complejos.

Esto es algo que realmente afectó para bien la vida diaria del chico, dándole más confianza, haciéndole saber que no era la única persona con esta gran marca. Ahora es para siempre”, resaltó Gilbert, autor de la obra en el cuerpo de Derek.

derek y su hijo
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Recordemos que cada vez el niño afirmó que si bien sus compañeros no se burlaban de él por su marca, sí le preguntaban constantemente. “Sólo es una una gran marca marrón que vino conmigo cuando nací”, les explicaba él.

“Pensé que sería positivo tatuarme la misma mancha, para demostrarle a mi hijo que no estaba sólo. Quería que se sintiera bien en su propia piel”, finalizó el padre.