De todos los momentos importantes de tu vida, de seguro “el primer beso” clasifica como uno de los inolvidables. En este contexto, muchas personas son capaces de recordar dónde estaban o quién era su pareja en ese entonces.

Asimismo, existen miles de canciones, películas y novelas románticas que se basan en la unión de los labios de dos personas. No obstante, hay pocos estudios sobre su importancia.

“De hecho, ni siquiera hay mucha investigación sobre los besos en general, ya sea entre parejas románticas a largo plazo o sobre parejas de citas que exploran sus nuevos sentimientos hacia el otro”, señala la doctora en Psicología Susan Krauss Whitbourne, en una columna del sitio especializado Psychology Today.

En este contexto, la experta reflexiona que tal vez se asume que todos sienten lo mismo sobre el acto de besarse y, por lo tanto, no se puede esperar mucha variabilidad en los resultados de un estudio.

Aún así, la psicóloga y experta en sexualidad Eva Lefkowitz, de la Universidad de Connecticut, Estados Unidos, y sus colaboradores, decidieron explorar los efectos del primer beso, como reflejo de la personalidad de un individuo.

Según el estudio publicado en 2018 por la revista especializada del National Institutes of Health, el primer beso “ofrece muchos aspectos positivos” en el desarrollo de las personas.

“Besar a una pareja ocurre relativamente temprano en la adolescencia. Por lo tanto, los adultos jóvenes que nunca han besado, están en desventaja en relación a sus pares“, plantean en la investigación.

Del mismo modo, destacan que durante la juventud se produce una exploración sustancial en las áreas de identidad e intimidad, y los besos pueden cumplir ambas funciones, “abordando los motivos de autonomía y relación de los comportamientos sexuales”, especifican.

Contexto | Pexels
Contexto | Pexels

En general, el beso se considera, según los autores, como un “comportamiento valorado positivamente en sí mismo y está vinculado a la satisfacción de las relaciones y el compromiso en la adolescencia y la edad adulta”.

Como se mencionaba anteriormente, las personas que “entran tarde al juego de los besos”, pueden estar evitando este tipo de compromiso. De ese modo, según los investigadores, el retraso de ese primer encuentro puede tener un significado psicológico importante. Ese fue el objetivo del estudio.

738 estudiantes universitarios (50% mujeres) accedieron a participar en una investigación donde debieron indicar su religión, rendimiento académico, cercanía y autonomía en las relaciones con sus madres, consumo de alcohol, índice de masa corporal y niveles de autoestima. Asimismo, una medida estándar de personalidad evaluó sus niveles de extraversión y neuroticismo.

Por otra parte, una sola pregunta con respuesta “sí o no” evaluó su experiencia previa con los besos. Además, los participantes debían indicar si habían participado o no en una serie de actividades sexuales específicas.

Cómo el beso puede condicionar la personalidad

Tras analizar los resultados de la investigación, se determinó que la mayoría de los participantes había dado su primer beso antes de ingresar a la universidad. De igual forma, el 14,2% confesó que nunca había besado a una pareja en los labios.

De ese modo, los análisis revelaron que las personas de ese último porcentaje, presentaban niveles más altos en neuroticismo (inestabilidad emocional), eran más introvertidos, menos propensos a beber alcohol, y eran miembros de los cuadros de honor por sus altas calificaciones.

Contexto | Pexels
Contexto | Pexels

Asimismo, detallan que “los adultos jóvenes que nunca habían besado, eran más neuróticos, tenían madres que facilitaban menos la independencia y tenían una autoestima más baja“.

Sin embargo, el estudio advierte que aunque se asociaron múltiples factores con la participación tardía en los besos, no hay necesariamente un individuo promedio que exhiba todas estas características.

¿Un patrón de alejamiento de las relaciones amorosas?

“Por un lado, tales hallazgos podrían llevar a pensar que estas cualidades describen al ‘estudiante universitario modelo’, que evita riesgos y se centra en lo académico. Sin embargo, teniendo en cuenta que una meta del desarrollo de la universidad es explorar tu propia identidad y sexualidad en las relaciones con otros, aquellos individuos que pospusieron su primer beso podrían estar preparando dificultades de ajuste sexual más adelante en sus años adultos“, reflexiona Krauss Whitbourne.

Según la psicóloga, esto podría indicar un patrón más grande de inhibición y alejamiento de las relaciones amorosas. “No sólo es no normativo retrasar el beso hasta la edad adulta joven, sino también puede ser poco saludable“, apuntó.

En resumen, a medida que pasan los años, “es probable que los recuerdos de ese primer beso se desvanezcan, pero los recuerdos del más reciente pueden ayudar a fomentar la satisfacción en tu relación actual“, concluye.