A los nueve años, Candice Mama, abrió un libro que no debía haber mirado. En él vio algo terrible: (la imagen del) cadáver calcinado de su padre, quien fue asesinado por Eugene de Kock, hombre a quien apodaron “Prime Evil” (Demonio Supremo).

Y años más tarde, cuando tenía 23, Candice y su madre conocieron y perdonaron al asesino en una reunión en la cárcel: “Se puso de pie con dificultad, me abrazó y me dijo: ‘Siento mucho lo que hice. Y tu padre se habría sentido muy orgulloso de la mujer en la que te has convertido‘”.

Según detalló la BBC, Candice nació en Sudáfrica en 1991, cuando el sistema de apartheid -segregación de razas- estaba siendo desmantelado. Su padre era miembro del Congreso Panafricanista, un grupo que luchaba contra el apartheid, junto al Congreso Nacional Africano (CNA).

La joven siempre supo que su padre había sido asesinado por de Kock, un comandante de la unidad policial de Vlakplaas, un escuadrón que torturó y asesinó a varios activistas negros que estaban en contra del apartheid. Pero, no sabía todos los detalles, hasta que a los nueve años, los descubrió en un libro biográfico que relataba los terribles asesinatos que ocurrieron en esa época.

Cada vez que la gente venía a la casa, me pedía que fuera a buscar este libro, y la gente lloraba y yo oía gritos“, recordó Candice, quien tras ver la imagen del cuerpo quemado de su padre el resentimiento que sintió le causó un fuerte cuadro de estrés.

De hecho, a los 16 años, llegó de urgencia al hospital por un fuerte dolor de pecho, parecido a un infarto; también tenía úlceras. “No era feliz, no estaba sana y, para ser honesta, ni siquiera estaba viviendo”, reconoció.

Candace Mama | BBC
Candace Mama | BBC

Perdonar para sanar

Por esa razón, comenzó a buscar formas de curarse a sí misma y decidió hacerlo de dos maneras: conocer más detalles sobre la muerte de su padre y perdonar a su asesino.

“Yo pensaba: ‘no, él ya mató a mi padre y ahora me está matando a mí también‘. Entonces, para mí, el perdón no era algo que pensaba que tenía que hacer, era algo que era crucial”, dijo la joven.

Y en 2014, tuvo la oportunidad de hacerlo, luego de que la Autoridad Fiscal Nacional se pusiera en contacto con su madre, Sandra, y les preguntara si les gustaría participar en un diálogo entre víctima y perpetrador. Fue algo “surrealista“, dijo Candice.

Durante la reunión -donde estuvo presente un sacerdote- Candice y Sandra pudieron preguntarle lo que quisieran al “Demonio Supremo“, que en ese entonces tenía 65 años.

Candace Mama | BBC
Candice Mama | BBC

Candice siempre pensó que cuando conociera al asesino de su padre, conocería a alguien con un “aura maligna”, pero fue todo lo contrario. De hecho, fue ahí que se dio cuenta que Eugene era un “hombre normal” que había hecho “cosas extraordinariamente terribles”.

Esto te obliga a ponerte en su lugar y decir: ‘¿sabes qué? Si me hubiera tocado otro destino, si me hubiera criado un padre militante en una familia militante, si hubiera ido a la academia de policía y vivido en un ambiente en el que me decían que este era el enemigo y que esto era lo correcto, y luego me hubieran elogiado mis amigos y mis compañeros por ser la mejor en lo que hago… quiero decir, ¿habría sido yo alguien diferente?”, reflexionó.

Yo, personalmente, no creo que hubiera sido alguien diferente de Eugene“, expresó Candice.

“¿Cómo te perdonas a ti mismo?”

Durante la reunión Candice tuvo la oportunidad de preguntarle al asesino de su padre si se había perdonado a sí mismo.

“Por primera vez en todo el encuentro se mostró notablemente sorprendido y dijo: ‘Cada vez que una familia viene aquí, rezo para que no me hagan esa pregunta‘ (…) Volteó hacia nosotros y dijo: ‘Cuando has hecho las cosas que yo he hecho, ¿cómo te perdonas a ti mismo?‘”.

La respuesta emocionó a Candice y supo que Kock nunca tendría paz. Por eso, al finalizar la reunión, decidió abrazarlo: “Se puso de pie con dificultad, me abrazó y me dijo: ‘Siento mucho lo que hice. Y tu padre se habría sentido muy orgulloso de la mujer en la que te has convertido‘”.

En 2015, Eugene de Kock, el Demonio Supremo, salió en libertad condicional, algo que fue apoyado por toda la familia de Candice, pues sabían que él había estado trabajando con la Autoridad Fiscal Nacional para encontrar a personas desaparecidas y así brindar algo de consuelo a las familias de las víctimas.