Una australiana de 25 años comenzó a ver nublado y tener dolores de cabeza, sin razón aparente. Y como los síntomas se volvieron más insoportables con el tiempo, decidió ir a urgencias.

En un principio, los médicos pensaron que sufría de un ataque cerebro vascular. Sin embargo, la resonancia magnética reveló una extraña lesión: tenía un “quiste” de larvas alojado en el cerebro.

Según indicó un reciente estudio, publicado en The American Journal of Tropical Medicine and Hygiene, los cirujanos no tuvieron inconvenientes en realizar la cirugía y extirpar la “masa” de su lóbulo occipital en la parte de atrás de la cabeza. Pero, grande fue la impresión al saber que no se trataba de un tejido humano.

Y tal como supusieron, las pruebas de ADN detectaron una coincidencia con Taenia Solium, una especie de ‘gusanos’ conocidos como “tenias de cerdo“, pues por lo general se transmiten por consumir carne de cerdo mal cocida.

Estas larvas causan neurocisticercosis, una enfermedad que afecta al sistema nervioso central, y causa crisis epilépticas y cefaleas.

Por carnes infectadas y mal cocidas

No obstante, éstas pueden crecer en el tiempo sin causar síntomas, hasta que crecen lo suficiente como para generar molestias. Tal fue el caso de la australiana, que padeció terribles migrañas por siete años, hasta que fueron lo suficientemente insoportables como para consultar a un especialista.

De hecho, los científicos sospechan que durante todo ese tiempo, las larvas estuvieron creciendo en su cabeza. Y que la pueden haber provocado cuando por consumir huevos o alguna carne en mal estado, en concreto, por mala higiene en cocinar alimentos.

¿Y cómo sucede? “Esto se da porque el parásito se transmite por la materia fecal: el huevo de la larva cae en el piso, el cero se alimenta de eso y luego contrae el parásito (que se aloja en el músculo del animal). Entonces, cuando el humano come carne de cerdo infestado y no lo cocina bien, contraen la parasitosis”, explicó el neurólogo, Horacio Amurri, a TN.