Lo que Álex Maglione pensó que era un tendón roto en su antebrazo, se convirtió en una insólita historia que ha dado la vuelta al mundo, ya que su diagnóstico estaba lejos de ser verdad.
Dicha situación llevó a que por cuatro años este hombre de Tampa, Florida, soportara un intenso dolor, el cual esperaba que terminara sin tener que someterse a una costosa cirugía en su brazo izquierdo. Sin embargo, el mes recién pasado notó algo extraño y se percató de una infección.
También puedes leer
Sin dudar, se trasladó hasta un centro médico donde le revelaron que nunca había tenido un tendón roto, sino que durante cuatro años tenía alojada una gran espina en su antebrazo, la que poco a poco se había acercado a una arteria, que en caso de perforación le habría provocado la muerte.
“Había pospuesto ver al médico porque el dolor había comenzado a ser tolerable y había tenido lesiones antes. En mi tiempo libre, siempre estoy ocupado con mi perra Maggie, yendo en aventuras en las que practicamos con las motos de agua, nadamos, hacemos kayak y montamos mi bicicleta de montaña”, señaló a Metro.
A su vez, el protagonista de esta historia indicó que: “Nunca pensé que mi herida más dolorosa sería gracias a un árbol. Sin embargo, cuando salía el dolor era peor que nunca, realmente horrible. Cuando vi la espina supe inmediatamente dónde las había visto por última vez y dónde había estado cerca de ellas. Mi exesposa solía pedirme que cuidara los árboles en la parte delantera de nuestra casa, y crecían exactamente los mismos, pero habían pasado cuatro años desde la última vez que lo hice”, contó.
Impresiones sobre la cirugía
Fue gracias a una ecografía que el cirujano se percató que la espina estaba alojada al interior del brazo de Álex, quien lo sometió de inmediato a una intervención, puesto que la herida se había infectado y podía desarrollar una sepsis.
Dicha operación ambulatoria, fue realizada con total éxito, destacando el propio hombre de 45 años el trabajo del equipo. “Me sorprendió el tamaño de la cosa. Debe haberse disparado a mi brazo como una aguja. El Dr. John D. Hand fue increíble, el mejor cirujano que he tenido”, dijo.
[spoiler title=’Imagen fuerte’]
[spoiler title=’Imagen fuerte’]
“No había ningún punto de entrada, ninguna intrusión en la piel que parecía una herida punzante. Simplemente había sido doloroso, y el dolor empeoró gradualmente con los años. Se había vuelto horrible, el peor dolor que había sentido en mi vida, así que cuando el médico tuvo que hacer una incisión, fue como un rasguño”, concluyó.
