Una mujer neerlandesa de 86 años, falleció por tras infectarse por segunda vez de COVID-19, convirtiéndose en la primera muerte por “reinfección” del mundo. 

La paciente sufría una forma rara de cáncer de médula ósea, llamado Macroglobulinemia de Walderström, por lo que tenía comprometido su sistema inmunológico, lo que agravó más su estado de salud.

Según consignó Euronews, dos meses después de superar la primera infección por coronavirus, la mujer empezó nuevas sesiones de quimioterapia para el cáncer, sin embargo, a los días empezó a tener fiebre, tos y falta de aire.

Por esta razón, fue derivada nuevamente al hospital y un PCR positivo confirmó que tenía COVID-19 por segunda vez. Su estado se deterioró de forma drástica y falleció tras dos semanas en el recinto médico.

25 caso de reinfección en el mundo

Según explicó la viróloga Marion Koopmans, que participa en la investigación sobre las “reinfecciones” que está haciendo la Universidad de Oxford, la mujer “seguramente falleció a causa del coronavirus, pero también estaba muy enferma”.

En tanto, confirmó que hay 25 casos de reinfecciones conocidas en el mundo. Si bien la mayoría se desarrolla con síntomas menos graves que durante el primer contagio, los científicos insisten en que son “excepciones”.

No obstante, el Dr. Mark Pandori, que lidera el principal estudio sobre un caso de reinfección en Nevada, indicó que “esto no significa que no haya más” casos y que sean menos graves, pues su paciente tuvo una segunda infección más complicada que la primera.

Los ejemplos de otros coronavirus, causantes de resfriados banales pero también de las epidemias del SARS y el MERS, muestran que la inmunidad no es de por vida“, subrayó recientemente una experta de la Organización Mundial de la Salud, Maria van Kerkhove.

Por eso, “la gente que ya padeció el COVID-19 debería continuar tomando precauciones, como el distanciamiento físico, el porte de mascarilla y el lavado de manos“, abunda por su parte Pandori.

¿Y qué pasará con una futura vacuna?

Las reinfecciones sugieren que “una vacuna no sería completamente protectora. Pero dado que se trata de un número de casos minúsculo, no podemos dejar de desarrollar” un antígeno, afirma el Dr. Brendan Wren, de la London School of Hygiene & Tropical Medicine, citado por el organismo británico Science Media Centre.

Las vacunas “siguen siendo nuestro mejor método de protección (contra el COVID-19), incluso si se demuestra que no garantizan una protección para toda la vida y que son necesarias varias dosis“, subraya en su sitio internet la Alianza para la Vacunación (GAVI).

Aunque espera que la mayoría de las personas que hayan superado un primer contagio con coronavirus están ahora protegidas “durante más tiempo” contra el COVID-19, reconoció que, en cualquier caso, “esto no durará toda la vida porque nunca se ha visto eso con ningún virus respiratorio”.

Todavía no está claro qué podrá significar el conocimiento de estos casos concretos a la hora de desarrollar la vacuna contra el COVID-19, ni hasta qué punto el sistema inmunológico aprende lo suficiente durante la primera infección con coronavirus, pero los anticuerpos producidos de forma natural después de un contagio inicial parecen desaparecer con relativa rapidez en ciertos casos.