Todas las personas que tienen redes sociales como Instagram, TikTok o Twitter buscan una respuesta de la comunidad de usuarios cuando publican algún contenido. Todos buscan atención o aprobación a lo que están mostrando, le interese a quien le interese.

La moneda de cambio en estas plataformas son las reacciones como “me gusta”, comentarios o similares, y en este contexto no tiene nada de malo que alguien quiera recibir varias de estas aprobaciones.

Un punto en el que coincide Daria Kuss, profesora asociada de psicología de la Universidad de Nottingham Trent, en Reino Unido, quien comentó a la revista VICE que “es una necesidad humana ser respetado, reconocido y apreciado”.

No obstante, la psicoterapeuta Marline Francois-Maiden, señaló al mismo medio que buscar un reconocimiento por todo lo que publicamos no es precisamente muy saludable.

Una cosa es saber que estás recibiendo apoyo a través de tu plataforma, pero otra muy distinta es volverse dependiente de la validación externa de las redes sociales“, aseguró.

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Para entender cómo funciona esta necesidad de validación, Kuss explicó que cuando recibimos comentarios halagadores o reacciones positivas, se activan los centros de recompensa del cerebro, lo que provoca una breve sensación de felicidad tal como ocurre cuando hacemos una actividad placentera o recibimos un cumplido en la vida real.

Con el tiempo y la costumbre, el cerebro termina asociando las notificaciones de las redes sociales con una experiencia agradable, por lo que tendemos a buscar la manera de repetir esa sensación. ¿Y cuál es? Seguir publicando contenido en tales plataformas, lo que se convierte finalmente en un círculo vicioso.

Gregory Serapio-García, estudiante de doctorado de la Universidad de Cambridge y que investiga cómo las redes sociales predicen los rasgos de personalidad, señaló que las reacciones en redes sociales son “como una versión exagerada y magnificada de la validación que experimentarías en persona” ya que “recibes notificaciones de muchas personas diferentes; gratificación instantánea, mientras que en persona no es el caso”.

Vida real versus vida virtual

Mientras más validación busque una persona, más tiempo pasará en redes sociales y destinará una mayor cantidad de recursos para hacer de sus vidas material publicable en redes sociales.

Tal como cuando preparamos un proyecto para el trabajo y esperamos una gratificación por lo realizado, publicar una selfie busca lo mismo aunque con mucho menos esfuerzo. “Esa validación no se refleja de inmediato en una conversión cara a cara”, indicó Serapio-García, agregando que “realmente no sabes lo que alguien está pensando a menos que muestre esa validación a través del lenguaje corporal o expresándolo”.

Otro gran problema en las personas que viven de esta manera, es que pasan tanto tiempo pensando en cómo organizar su vida para que sea atractiva en estas plataformas que, lo más seguro, es que pierden el asombro por las cosas cotidianas o la alegría de vivir momentos íntimos y/o familiares.

“Hay momentos en los que sucederá algo en la vida e inmediatamente las personas lo compartirán en las redes sociales, antes de compartirlo con amigos queridos o familiares”, indicó Francois-Madden. “Lo compartirán en las redes sociales para poder obtener la validación rápida de varias personas en lugar de compartirlo con una o dos personas a quienes aprecian y estar presente en el momento”.

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Serapio-García va más allá y cita el concepto psicológico llamado “teoría de la autoafirmación”, el que postula que existen seis áreas que nos permiten definirnos: roles sociales, valores, identidades grupales, creencias centrales, metas y relaciones. Para él, “las redes sociales cubren las seis áreas”.

Instagram, por ejemplo, permite relacionarte con tus pares, expresar tus creencias, reafirmar tu identidad, documentar logros y exponer tus relaciones. “Interactuar tanto con las redes sociales te brinda mucha información que puede moldear tu percepción de ti mismo y de tu identidad”, agregó el investigador.

Por otro lado, esa constante búsqueda de reacciones positivas también significar que solo estemos intentando agradar a las personas, lo que merma nuestra autenticidad, pues tenderemos a repetir comportamientos que nos aseguren reacciones positivas y cuando queramos cambiar de opinión o contenido, correremos el riesgo de ser ignorados o rechazados por las personas que nos validen.

Cuando la gente busca tanta validación externa, podría estar envuelta en el miedo al rechazo“, destacó Francois-Madden.

Como consejo, esta última académica señaló que cuando publiques algo en redes sociales, esperes al menos una hora para revisar las reacciones a este contenido. Y si te sientes muy controlado, puedes considerar tomarte un descanso. “Encuentra otras formas de ser validado. Busca formas de validarte a ti mismo internamente, de modo que no siempre estés buscando una validación externa”, aconsejó.