Un reciente estudio indicó que el consumo de los alimentos ultraprocesados -aquellos que carecen de nutrientes- aceleran el envejecimiento en las personas.

La investigación publicada en la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad (Ecoico 2020), señaló que una mala dieta puede provocar que las células se deterioren más rápido.

Los científicos llegaron a esa conclusión tras medir el marcador del envejecimiento biológico, llamado telómero, en 886 españoles de más de 55 años, y compararlo con el consumo diario de los alimentos ultraprocesados, como comidas preparadas, galletas y bebidas gaseosas.

“El envejecimiento propio de la edad acorta los telómeros, fragmentos finales de los cromosomas, que son marcadores de edad celular. Pero, además, diferentes causas aceleran este acortamiento. Entre ellas, una alimentación inadecuada”, explicó la autora del estudio, Amelia Martí, según consignó El Español.

Alimentos ultraprocesados como bebidas gaseosas, carnes procesadas (salchichas, hamburguesas), panadería industrial, batidos y postres lácteos, cereales azucarados.

Según explicaron los científicos, los telómeros preservan la estabilidad e integridad de los cromosomas y del ADN del que dependen las células de nuestro cuerpo para funcionar correctamente. Mientras envejecemos, éstos se acortan naturalmente, haciendo a las personas más propensas a enfermarse y, en última instancia, a morir.

La investigación concluyó que las personas que acostumbran a consumir más de tres porciones diarias de alimentos ultraprocesados casi duplican el riesgo de tener telómeros cortos.

Es que estos productos contienen poco o ningún alimento entero o “fresco”, los que son reemplazados por aromatizantes, colorantes y otros aditivos químicos. Además, su bajo precio y larga vida útil, hacen que sean populares en el mercado.

En tanto, los científicos subrayaron que el consumo de estos productos están asociados con enfermedades graves como la hipertensión, depresión, diabetes tipo 2, síndrome metabólico y varios tipos de cáncer. Incluso se descubrió que las personas que más consumen estos “alimentos” son más susceptibles de tener antecedentes familiares como enfermedades cardiovasculares y otras patologías crónicas.