“Abre la puta boca ya, hombre, vieja cascarrabias”, fue parte de lo que se oye en un registro de poco más de 30 segundos y que dio la vuelta al mundo en las últimas horas.
El video tiene como protagonistas a dos cuidadoras del hogar de ancianos Mossèn Homs, en Barcelona, lugar donde habrían humillado a una residente de la tercera edad, como se puede observar en la reproducción.
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La afectada es una mujer de nombre Elisa, quien tiene que soportar el maltrato, los gritos y las risas de las profesionales que intentaban darle comida y suministrarle sus medicinas.
“Yo no soy así, que conste, pero me saca de quicio”, explicó una de ellas a la cámara, mientras la otra sólo reía por la reacción de su colega.
Me parece lamentable el trato de estas dos chicas hacia una persona mayor e indefensa, 😡es alucinante que haya gente así trabajando en residencias.
Espero que los familiares las denuncien, es de la residencia Mossen Homs en Terrassa
pic.twitter.com/SgitCdE5WE— Natalia ✨ (@nat_gispert) August 24, 2020
“¡Elisa, la pastilla! ¿No entiendes que te la tienes que tomar? ¿No lo entiendes? Mira, ¿sabes qué? si no te la quieres tomar, no te la tomes. Si te duele de los pies a la cabeza te vas a joder, ¡Hombre ya, la puta pastilla!”, dice la cuidadora antes de finalizar la grabación.
Disculpas y medidas
El polémico registro fue subido a las stories de Instagram de una de ellas, por lo que rápidamente se viralizó. Tras esto la cuidadora que aparece en cámara se vio obligada a pedir perdón por este hecho, aunque eso no evitó que fuera despedida del recinto, junto a su compañera de trabajo.
“No quiero justificarme, sólo quiero decir que voy a asumir las consecuencias. Soy consciente del acto y lo reconozco”, explicó la mujer que grabó un video posterior.
Además, Jordi Ballart, alcalde de la zona de Terrassa pidió una exhaustiva investigación al interior del centro, de acuerdo a lo que consignó BioBioChile, emitiendo duras declaraciones hacia las extrabajadoras del lugar.
“Las imágenes y el sonido de estos vídeos son suficientemente expresivos de la situación que se produjo y de su incompatibilidad no sólo con el servicio público, sino también con el respeto a los derechos humanos más básicos”, sostuvo Ballart.
