Este miércoles 5 de agosto se cumplen 10 años desde el accidente minero de ‘Los 33’.

Una década después del hecho, los mineros de Atacama luchan todavía por obtener una indemnización y un grupo de ellos también por recuperar los derechos de la historia de supervivencia que maravilló al mundo.

Treinta y uno de los 33 mineros demandaron al Estado y a la minera San Esteban, dueña del yacimiento, como responsables del derrumbe que los sepultó por 69 días a más de 600 metros en el interior de la mina San José, en la ciudad de Copiapó.

Los mineros Luis Bustos y Juan Illanes se restaron de la acción judicial por decisión personal.

Tras ocho años, la justicia condenó al Estado chileno a pagar una indemnización de 80 millones de pesos a cada uno y exculpó a la minera San Esteban.

Pero el Consejo de Defensa del Estado (CDE) apeló el fallo, al estimar que los mineros ya fueron resarcidos al recibir pensiones vitalicias (14 de los 33 por edad y patologías) y ayuda económica privada. El recurso aún no ha sido resuelto por la Corte de Apelaciones de Santiago.

En 2017, la justicia chilena decidió disolver la fundación Los 33 de Atacama, creada para preservar su historia, el uso turístico y la administración del museo que hoy se encuentra fuera de la mina.

Mensaje "Estamos bien en el refugio Los 33"
Agencia UNO

Recuperar los derechos

Aún aturdidos por la atención mediática, los 33 mineros establecieron una sociedad junto a los abogados chilenos Remberto Valdés y Fernando García, a quienes entregaron los derechos a perpetuidad de su historia.

Bajo este acuerdo fue producida la película estadounidense Los 33, protagonizada por el español Antonio Banderas y la francesa Juliette Binoche, dirigida por la mexicana Patricia Riggen y producida por el estadounidense Mike Medavoy, responsable de cintas legendarias como Rocky y Apocalipse Now.

Pero por concepto de derechos, los mineros acusan no haber recibido ningún peso. Tampoco por el libro En la oscuridad, escrito por Héctor Tobar.

La difícil realidad de algunos mineros

Los protagonistas del accidente fueron invitados a programas de televisión, viajaron por el mundo y Leonardo Farkas les regaló 5 millones de pesos a cada uno.

Pero la fama no duró mucho. Tres de ellos relataron sus diferentes destinos a la agencia AFP, afectados todavía por traumas, pesadillas y enfermedades.

José Ojeda

José Ojeda escribió el famoso mensaje: “Estamos bien en el refugio los 33”, alertando al mundo de que estaban con vida cuando ya muchos perdían la esperanza.

A los 57 años vive con una diabetes avanzada que redujo sus movimientos y con muletas. Reconoce que en 10 años es muy poco lo que se ha recuperado y que todavía sigue “con las pesadillas y el mal dormir”.

“La gente creía que nosotros pagábamos los viajes; pensaban que quedamos con mucho dinero y no es así”, afirma desde Copiapó, donde vive modestamente junto a su esposa, Susana, y su nieta, Agustina, con la pensión que recibe del gobierno, de unos 220 mil pesos.

minero José Ojeda
Alex F. Catrin | agencia AFP

Jimmy Sánchez

Era el más joven del grupo. Llegó a trabajar a la mina a los 19 años, sin terminar sus estudios.

“Es como si hubiera pasado ayer. Creo que eso no se me va a olvidar nunca”, dice en Copiapó, donde vive de la pensión recibida por las secuelas del accidente, y si bien se declara agradecido de estar vivo, siente rabia de que muchos hayan lucrado con su sufrimiento.

“Ganaron mucho con nosotros y nosotros no ganamos nada”, afirma.

Nunca más pudo volver a trabajar en minería. “Una vez fui a buscar trabajo, pero supieron que era yo y me cerraron las puertas. No fue culpa mía quedarme encerrado”, lamenta a sus 29 años.

Casado y padre de dos hijos, vive en una pequeña casa junto a 20 personas.

Minero Jimmy Sánchez
Agencia AFP

Omar Reygadas

Es uno de los más experimentados del grupo, y dice que “todavía está muy latente todo lo que vivimos en la mina y todo lo que vimos”.

Reygadas continúa trabajando a sus 67 años como chofer, aunque ahora quedó cesante por la pandemia.

Minero Omar Reygadas
Alex F. Catrin | agencia AFP