Dos proyectos de vacuna contra el virus COVID-19, uno británico y otro chino, mostraron ser seguros para los pacientes y produjeron respuesta inmunitaria, según resultados de los ensayos clínicos, publicados este lunes en la revista médica The Lancet.

El primero, desarrollado por la Universidad de Oxford en asociación con AstraZeneca, generó “una fuerte respuesta inmunitaria” en un ensayo con más de 1.000 pacientes, y el segundo, apoyado por Cansino Biologics, provocó una fuerte reacción de anticuerpos en otro ensayo en la mayoría de los aproximadamente 500 participantes, según la revista.

En el caso de Oxford, las investigaciones en curso indican que ésta ofrecería el doble nivel de protección buscado por los científicos, informaron hace unos días los medios británicos.

Según Daily Telegraph, la primera fase de los ensayos clínicos en humanos ha demostrado que la vacuna genera una respuesta inmune contra el virus, con anticuerpos y linfocitos T, “células asesinas” contra la infección.

Es la combinación de los dos que esperamos que proteja a la gente”, agregó la misma fuente en las columnas del Daily Telegraph, “es un momento importante, pero aún queda un largo camino por recorrer“.

Sin embargo, estos resultados, calificados de “extremadamente prometedores” por una fuente anónima de alto nivel citada por el periódico, no permiten aún saber cuál sería la duración de la protección ofrecida por la vacuna.

Este proyecto, en colaboración con el laboratorio Astrazeneca, es considerado uno de los más prometedores entre la multitud de trabajos en curso en el mundo.

La universidad de Oxford, cuyo proyecto también está financiado por el gobierno del Reino Unido, ha establecido una asociación con el laboratorio farmacéutico para la fabricación y distribución mundial de la vacuna en desarrollo, para que pueda estar disponible rápida y masivamente en caso de éxito.

La vacuna que desarrollan los investigadores de Oxford se basa en un adenovirus modificado, que generalmente afecta a los chimpancés.

Según la universidad, “genera una respuesta inmunitaria fuerte con una sola dosis y no es un virus que se replica”, por lo que “no puede causar una infección continua en el individuo vacunado”.

Por el momento se ignora cuántas dosis serán necesarias para que tengan efecto en una persona.

Cabe señalar que estos ensayos clínicos están aún en una fase preliminar (fase 1/2 y fase 2), y su eficacia debe aún ser establecida en un ensayo de fase 3, sobre un número más importante de participantes, antes de contemplar su comercialización a gran escala.

Pese a ello, estos resultados eran muy esperados, pues numerosos investigadores y laboratorios de todo el mundo libran una carrera contrarreloj para hallar una vacuna segura y eficaz contra la COVID-19.

Si nuestra vacuna se revelara eficaz, es una prometedora opción, ya que este tipo de vacuna puede ser fabricada fácilmente a gran escala“, comentó Sarah Gilbert, investigadora de la universidad de Oxford.

Las pruebas de la universidad de Oxford están dirigidas actualmente a 4.000 voluntarios en el Reino Unido, a los que se sumarán otros 10.000. También se inició en Brasil, donde 5.000 participantes podrán beneficiar de ella. Los investigadores esperan ver la eficacia de la vacuna en otoño (boreal).