Recientemente Netflix estrenó el documental Jeffrey Epstein: asquerosamente rico, donde se narra la vida del millonario arribista y uno de los más grandes pederastas de la alta sociedad estadounidense.

Pese a que logró ser detenido e inculpado, su aparente suicidio en su celda del Centro Correccional Metropolitano de Manhattan, Nueva York, dejó una serie de interrogantes respecto a cuán amplia era la red de corrupción, proxenetismo y pedofilia que manejaba, pues en el documental aparecen figuras tan importantes como Donald Trump, Bill Clinton, el príncipe Andrés de Inglaterra y su principal asociada y exnovia, la británica Ghislaine Maxwell.

Y es que aunque varias víctimas denunciaron también a Maxwell como cómplice de los abusos cometidos por Epstein y también protagonista de otros tantos, la mujer no ha sido detenida y actualmente se encuentra desaparecida, tanto que ni las autoridades o los documentalistas han logrado dar con su paradero.

Eso sí, cada vez que la mujer pudo referirse a las acusaciones contra Epstein, aseguró que ella no tuvo nunca nada que ver con trata de blancas ni abuso sexual de menores. De hecho, se presume que luego que en 2008 el hombre fuera condenado a 18 meses de prisión por facilitar la prostitución, ella comenzó a alejarse de su lado.

Una de las víctimas de Epstein, Virginia Giuffre, que trabajaba como asistente de vestuario en el club Mar-a-Lago de Donald Trump, en Florida, y al que solía acudir Epstein, afirmó tanto en el documental de Netflix como en otras declaraciones a la justicia, que Maxwell fue quien la “reclutó” cuando tenía 15 años como “masajista” para el financiero, pues la adolescente quería dedicarse a eso en el futuro.

ghislaine maxwell
Registro de Agresores Sexuales de Nueva York | AFP

Fue entonces que empezó su calvario, pues según también se indica en el documental y, según la Fiscalía de Estados Unidos, Epstein pagaba a menores a cambio de un masaje en su residencia, en Palm Beach, lo que en la mayoría de los casos terminaba en algún acto de abuso sexual.

Y Virginia no habría sido la única, pues docenas de adolescentes habrían sido “aprobadas” por ella, con quienes viajaban a Europa, y a la isla privada del millonario ubicada en las Islas Vírgenes de Estados Unidos. De hecho, Ghislaine le habría presentado al príncipe Andrés a Virginia, pidiéndole que le hiciera lo mismo que a Jeffrey, es decir, masajes que terminaban en actos sexuales.

Es por eso que varias víctimas han sindicado a Ghislaine Maxwell como una pieza esencial en la red que manejaba Epstein.

Cabe señalar que Maxwell, es una socialité de origen británico que podía estar en cuanta fiesta de celebridades existiese tanto en Inglaterra como en Estados Unidos, sobre todo en Nueva York. No por nada aparece en prácticamente todas las fotos de las reuniones sociales más exclusivas de las últimas tres décadas.

ghislaine maxwell y jeffrey epstein
Evan Agostini | Getty Images | AFP

Se dice que fue Maxwell quien introdujo a Epstein en todos los círculos de la alta sociedad, y si bien comenzaron como pareja, con los años ella siguió a su lado como su mano derecha.

Tras mantenerse un tanto alejada de Jeffrey por su juicio de 2008, en 2012 fundó la ONG Proyecto TerraMar, dedicada a preservar los océanos. A través de ella celebraba fiestas de recaudación de fondos, dictó charlas Ted e incluso habló ante las Naciones Unidas.

En 2015 fue a juicio con Giuffre, a quien acusó de difamación, llegando a un acuerdo extrajudicial. Al año siguiente se habría mudado de Estados Unidos, vendiendo su casa en Manhattan para instalarse en Europa.

No obstante, cuando a mediados del año pasado volvió a estallar el caso, Maxwell desapareció completamente. Cerró su fundación y nada se sabe sobre su paradero.

De acuerdo al Washington Post, ni el FBI ha logrado dar con su paradero. Rumores la han ubicado en distintos continentes, residiendo en alguna propiedad de las decenas de amigos influyentes que la rodean, por lo que todavía es un misterio cuáles serán los próximos pasos de la mujer que mejor conocía los secretos del criminal Jeffrey Esptein.