Los vasos son un objeto que se ocupa a diario en miles de hogares de nuestro país, y mientras unos los mantienen almacenados boca arriba, otros prefieren dejarlos boca abajo para así evitar que acumulen polvo.

Sin embargo, el punto anterior genera conflicto en algunas personas que no saben cuál es la forma correcta de guardarlos, ya que si bien boca abajo se disminuye el polvo, esta no sería la manera ideal.

Según aseguró a LUN el doctor en Ingeniería y Ciencia de Materiales Cristóbal Montalba, académico de la Universidad de Talca, que esto se ve motivado ya que los vasos y las tazas, pertenecen a la familia de materiales cerámicos. “Lo recomendable sería guardarlos boca arriba para evitar conservar malos olores, dado que tanto el vidrio como las cerámicas son herméticos”, dijo.

“Por ejemplo, si seco un vaso con un trapo con mal olor y lo pongo boca abajo, ese hedor tendería a mantenerse de forma más intensa debido a esta característica. Al tenerlos boca arriba se podrán ventilar mejor”, explicó.

Por otro lado, el docente de Bioquímica del Instituto de Química y Bioquímica de la Universidad de Valparaíso, Juan Carlos Espinoza, coincide con el académico anterior quien manifestó que es recomendable guardarlos boca arriba. “Hay materiales en suspensión en el aire que pueden caer dentro de los utensilios. Por más que los guardes limpios, si no lo usas durante una semana y lo guardas en contacto directo con la atmósfera, es probable que haya materiales en suspensión que caigan. Por eso hay que volver a lavarlos antes de utilizarlos”, dijo.

Stephan Müller (cc) | Pexels
Stephan Müller (cc) | Pexels

Y al parecer es unánime la decisión, ya que la doctora en Biociencias Moleculares y directora de la Escuela de Biotecnología de la Universidad Mayor, Annette Trombert, agregó que deben ser guardados en un mueble con puertas. “Vivimos en un país sísmico y esto contendría los elementos en caso de temblor o terremoto, evitando accidentes. Así se mantienen protegidos, lejos del polvo y menos disponibles para niños pequeños que pueden romperlos y hacerse daño”, aseveró.

“Se pueden almacenar boca arriba o boca abajo. Sin embargo, si se encuentran en un lugar abierto es mejor que estén boca abajo para evitar que el polvo y otras cosas puedan caer dentro”, comunicó.

Siempre limpios

Eso sí, e independiente de cómo se guarden copas y vasos, estos deben limpiarse cada vez que van a ser utilizados con una solución jabonosa. “También se pueden secar con toalla absorbente o con un paño de cocina limpio y seco, así se evita el daño a los muebles por la humedad. Lavar y secar correctamente la loza es parte de las medidas de higiene que se deben tener para evitar microorganismos que causen enfermedades”, detalló.

“Cuando quedan húmedos y/o mal lavados (con restos de azúcar, el líquido o comida que contenían), se favorece el crecimiento de microorganismos, como hongos y bacterias, que pueden causar malos olores. Es sumamente importante lavar y secar adecuadamente vasos, tazas y copas, siempre con detergente y bien enjuagados con agua”, cerró la profesional.