Cuando hay vocación se nota. Y un profesor de matemáticas de Estados Unidos la tiene de sobra, pues pese a la grave enfermedad que padece ha continuado haciendo clases online.

El protagonista de esta historia es Wil Loesel, de 42 años, quien fue diagnosticado con linfoma no Hodgkin en marzo pasado. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE.UU, “es un cáncer del tejido linfático. Este tejido se encuentra en los ganglios linfáticos, el bazo y otros órganos del sistema inmunitario”.

El docente vio afectado su primer año de enseñanza por la pandemia y luego por el cáncer, pero esto no lo hizo decaer.

En conversación con la revista People, declaró que “podría sentarme y llorar todo el día porque tengo cáncer, pero eso no cambia nada”.

“Tengo una responsabilidad. Algunos de estos niños han tenido una educación realmente terrible y espero que tal vez sea un mensaje de que todos pasamos por algo, y que dejamos que esto nos detenga o lo usamos como combustible y motivación”, añadió sobre su decisión de seguir adelante.

Wil, que tiene dos hijos -Sean de 10 años y Aidan de 7-, llevaba seis meses en su trabajo, el que eligió por sobre el que tuvo por 15 años.

Wil Loesel
Wil Loesel

“Creo que fue cuando cumplí 40 años lo que me hizo pensar: ‘¿Qué estoy haciendo todos los días que sea significativo, que ayude a las personas?'”, comentó el docente a People.

Su argumento para pensar esto fue que miró hacia atrás y si bien aseguró que tuvo una gran carrera, dijo que no logró nada significativo, aparte de establecer a su familia económicamente hablando.

Cuando buscaba nuevos horizontes, el profesor se encontró con “Teach for America”, una organización sin fines de lucro. Esta se dedica a buscar a docentes que quieran educar en escuelas de bajos ingresos, durante al menos dos años.

Este trabajo lo hizo querer sumarse: “Inmediatamente supe que eso era lo que quería hacer”.

En enero pasado, mientras ya estaba vinculado a los niños vulnerables, comenzó con molestias en la garganta que lo llevaron a ver a especialistas y realizarse una serie de exámenes. Dos meses después, fue hospitalizado e inició las quimioterapias.

Su familia no puede visitarlo, pero en vez de hundirse en la depresión o decaer, Wil tomó su iPad y comenzó a realizar clases a través de zoom, les dejaba tareas semanales y puso a disposición de los alumnos su mail para que le enviaran preguntas sobre la materia, las que él responde casi inmediatamente, pues busca “proporcionar un poco de estabilidad a sus futuros estudiantes de secundaria”, que hoy cursan octavo.

El profesor aseguró que si bien mantenerse ocupado y con la cabeza enfocada en ayudar a su estudiantes, lo ha beneficiado, nunca pensó en dejarlos de lado.

“La gente sigue preguntando: ‘¿Cómo puedes seguir enseñando desde el hospital?’ Y yo digo, ‘Ese soy yo’. Pasé tanto tiempo creando confianza con estos niños en los últimos seis meses y todos están volviéndose locos porque no saben lo que sucede… e imagíname desapareciendo durante esas últimas seis semanas. Eso sería una locura“, expresó.

“Lo primero que pensé cuando me enfermé fueron mis hijos, mis dos hijos. Y mi siguiente pensamiento fueron los 117 niños que confiaron en mí. Eso es lo que la enseñanza es para mí”, cerró.

Cabe destacar que los primos de Wil crearon una página en GoFundMe, para que quienes lo conozcan u otras personas lo ayuden con los gastos médicos.