“La diversión total”. Ese es el eslogan que ha acompañado por décadas al parque de diversiones Fantasilandia, ubicado a un costado del Parque O’Higgins (Beaucheff esquina Tupper), en Santiago Centro.
De fácil acceso tanto en locomoción colectiva (Metro Parque O’Higgins) como en automóvil, este centro de entretenimiento se alza como un imperdible de la capital en periodo estival, donde grandes y chicos pueden disfrutar de igual manera, gracias a las más de 40 atracciones disponibles de lunes a domingo desde las 12:00 hasta las 20:00 horas.
Fantasilandia es considerada una de las marcas de excelencia y más queridas por los chilenos, según el estudio CHILE3D de Gfk Adimark de 2018, que da cuenta de los cambios que han experimentado los chilenos en su estilo de vida. Y, en ese sentido, goza de una trayectoria, confianza y respeto que se hace evidente en cada visita al parque.
Familias, grupos de amigos y parejas, pueden disfrutar de distintas alternativas. Si eres un amante de la adrenalina y lo extremo, en diciembre pasado el parque inauguró Spider, un nuevo juego que vendría siendo la versión 3.0 del popular Evolution (que cerró a mediados del año pasado), y que a cualquiera dejaría sin habla, incluso a los que miran desde “tierra firme”.
Un péndulo con giro 360° a 30 metros de altura y que alcanza una velocidad de 80km/h, el Spider lleva cerca de un mes y lejos es una de las atracciones más apetecidas por grandes y chicos.
Avanzando un poco más por las instalaciones, encontramos clásicos igual de extremos como el Extreme Fall y el Raptor; y unos metros más allá nos topamos con Disko, una plataforma que te hará girar e ir de un lado para otro, mientras vas sentado mirando hacia el exterior.
El Tren Minero es de esos juegos que a simple vista parece “suave”, pero que una vez arriba te das cuenta de lo que se te viene. Que los niños presentes ¡no te engañen! Y es que cuando toma velocidad, lo importante es sujetarse y simplemente dejarse llevar entre gritos y risas.
Un día caluroso tampoco es una excusa para no dejarse caer en este parque, puesto que cuentan con varias alternativas tan entretenidas como refrescantes. El que lleva la delantera claramente es el Tsunami, atracción que te dejará tan empapado de agua como de diversión. Incluso basta con ubicarse en un puente que atraviesa el juego para recibir una lluvia ideal para las altas temperaturas.
Al frente, encontramos Volare, un carrusel de sillas voladoras que vendría siendo el ‘hermano chico’ de FlyOver, el juego más alto de Latinoamérica que mientras gira llega a una altura de 80 metros.
Otro punto interesante de Fantasilandia y que no es menor, puesto que entre tanta adrenalina es necesario recargar las ‘pilas’, es la amplia oferta gastronómica presente. Pastas, pizzas, sushi, burritos, hamburguesas, y opciones vegetarianas, es el menú que puedes encontrar en distintos puntos del centro, además de las clásicas cabritas, algodones de azúcar y otras golosinas.
Ahora bien, si vas con niños pequeños, existe un área especial denominada “Zone Kids”, donde encontrarás variadas atracciones para que los más chicos también disfruten a lo grande, incluso con versiones “mini” de algunos juegos populares. Happy Swing, Rockin’ Tug, Samba Balloon, Mini Splash, y Montaña Dragón son algunos de los favoritos.
La renovación constante de atracciones para cautivar a nuevos públicos y mejorar la experiencia, es uno de los puntos más fuertes de Fantasilandia, el parque de entretenciones por excelencia de la capital con más de 40 años entregando “diversión total”.
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