Polémica generaron Danna y Maribe, dos youtubers españolas, quienes se adentraron en “barrios pobres y conflictivos” de la ciudad de Valencia, para regalar comida a las personas en situación de calle, aunque, al parecer, no de la mejor forma según los usuarios en redes sociales.

Y fue tal la controversia que causó el video de las jóvenes hispanas, titulado ’24 horas haciendo feliz a los demás’, que luego de unos horas tuvieron eliminarlo su canal (El vaso medio lleno), debido a las críticas que recibieron las hispanas.

Sin embargo, algunos extractos fueron grabados por los usuarios en redes sociales y en él, se puede apreciar que una de las mujeres se encarga de relatar lo que están haciendo, mientras la otra conduce el vehículo y reparte ‘magdalenas’ (panecillos) a la gente vulnerable que aparece en el camino.

Si bien el gesto fue valorado, lo que no gustó a los usuarios fue la forma de entregar el obsequio, ya que la conductora lanzaba a la distancia la bolsa con la comida, lo que fue catalogado como “clasista” por algunos, indicando que con dicho gesto se “burlaban” de la gente más pobre de la ciudad.

Una vez que las criticas comenzaron a viralizarse, fue Maribe quien se refirió a la polémica y explicó, a través de historias de Instagram, que su conciencia, y la de su compañera, están tranquilas con lo que hicieron.

Han dicho una serie de barbaridades, pero no me siento para nada aludida y estoy tranquila con mi conciencia. Nunca he querido dar el ejemplo con lo que hago y nunca lo haré, porque soy la menos indicada. Soy de todo, menos perfecta, soy un desastre y la he cagado 8 millones de veces”, comenzó diciendo.

Asimismo, lanzó una pregunta a los detractores de su accionar en las redes. “Es fuerte atacar a dos personas, diciendo que estamos humillando a la gente pobre o faltándoles el respeto. Si les preguntan a ellos si se sienten agradecidos o humillados, ¿qué creen que dirían ellos? Pregúntenles“, inquirió.

Además, contó la razón de arrojar la comida, en vez de pasarla. “Lanzamos la comida por la ventana, porque estábamos en una calle con un solo sentido y teníamos coches detrás que estaban esperando y ellos nos hicieron gestos de que lanzáramos las cosas”.

Por último, indicó que “el mensaje que queríamos transmitir no era de humillar, era de entregar comida a gente necesitada, que buscaba en contenedores, que no tenía para comer”, finalizó su defensa.