“Estoy muy nerviosa y paranoica con los médicos. Mi confianza se ha hecho añicos”. Así descubre una mujer inglesa el traumático paso por el quirófano del hospital Yeovil, tras someterse a un procedimiento ginecológico.

Lo que parecía una cirugía más en el centro de salud, se transformó en una pesadilla tanto para la paciente, como para el mismo recinto, ya que la afectada decidió poner una demanda, por negligencia.

¿Qué pasó? Los médicos a cargo del procedimiento decidieron no aplicar anestesia general, sino que se inclinaron por aplicar sólo en la zona lumbar, algo que no tuvo los efectos esperados, ya que la mujer, quien no quiso revelar su identidad, denuncia haber sentido los dolores que le provocó la intervención.

La mujer confiesa que daba gritos de dolor, pero que no era escuchada por los doctores, debido a la máscara de gas que tenía puesta. Además, afirma que su cabeza se encontraba detrás de una cortina, por lo que los profesionales no pudieron percatarse de sus alaridos, cuando introdujeron un tubo en su abdomen, para practicarle una laparoscopia.

He sufrido mucho con el estrés postraumático y las pesadillas han sido horrendas. Tengo estas imágenes en la sala de operaciones con gente mirándome y que no escuchan mis gritos. Es terrible y puedo despertarme tres veces a la semana debido a esto”, indicó la mujer en una declaración jurada, de acuerdo a la información que recoge el medio británico The Guardian.

En tanto, su abogado, Irwin Mitchell, sostuvo que los médicos tuvieron una alerta respecto a lo vivido por su clienta, ya que a esta última le subió la presión arterial, pero que a pesar de eso, decidieron continuar operando.

Por último, el hospital, emitió un comunicado en donde se disculpó si el procedimiento tuvo consecuencias en la paciente. “Lo sentimos si este paciente sufrió alguna angustia. Parece que una interrupción de la comunicación llevó al uso de un anestésico diferente al que normalmente se requiere”, indicaron desde el centro asistencial.