Una sorpresa se llevó una argentina luego que encontrara en una cueva en la ciudad de Tucumán, a un pequeño felino luego de oír sus agudos maullidos, por lo que decidió entrar al lugar, donde encontró a la madre del pequeño fallecida, mientras amamantaba a sus ‘gatitos’.
Por lo anterior, Florencia quien dio con las criaturas, se los llevó a su casa pero pese a todos sus esfuerzos uno de los pequeños murió, y solo uno logró una total recuperación, al cual llamó Tito.
La joven, crió durante tres meses al minino, que se comportó como cualquier gato, pero se percató que este crecía de forma poco habitual, puesto que notó que estaba aumentando su cuerpo más de lo normal.
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Por ello, decidió consultar con diferentes veterinarios, hasta que dio con la Fundación Argentina Rescate Animal, donde le comunicaron que lo que había salvado no era un felino doméstico, sino que, un yaguarundí salvaje, o gato moro, una especie de puma que se caracteriza por ser la segunda especie más grande de toda América, y que habita desde México hasta el centro de Argentina.
“Afortunadamente ella nos llamó y, de buena onda y corazón, nos entregó el animal porque se dio cuenta de que no era apto para su casa. Lo enjaulamos y lo llevamos al veterinario que trabaja con nosotros”, manifestó el presidente de FARA, Hernán Rodríguez Salazar, al medio el Clarín.
Sin embargo, y gracias a que Florencia lo crió como un gato doméstico, Rodríguez comentó que Tito era muy juguetón, pero igual fue trasladado a la Reserva Horco Molle de Yerba Buena para lograr reintegrarlo a su hábitat natural.
“Allí tienen una hembra de la misma especie. Ellos siempre procuran tratar de adaptarlo a su hábitat natural, para que vuelva a ser un animal de caza, que pueda cazar por sus propios medios”, manifestó.
Cabe señalar, que el puma estaba en buenas condiciones de salud, y solo contaba con una pequeña fisura en una de sus patas traseras.
