Según cifras de las Naciones Unidas, 31 países han limpiado sus territorios de explosivos y 80 destruyeron más de 50 millones de proyectiles antipersonas almacenados. Sin embargo, hoy día la amenaza de morir o terminar herido por pisar una mina es latente.

Es el testimonio de Nicolás Marzolino, que con apenas 15 años de edad “una cosa roja, plateada y brillante” le cambió su vida para siempre. El 2 de marzo del 2013 perdió una de sus manos, así como su vista, cuando un artefacto que llamó su atención explotó en un campo en el que estaba con unos amigos en Novalesa, Italia.

Desde su accidente se convirtió en un defensor en la toma de conciencia sobre las minas y granadas sin detonar de la Segunda Guerra Mundial, que todavía están activas en su país natal.

“Si no informan a quienes no experimentaron la guerra, estas tragedias no se detendrán. El problema debería promoverse en las escuelas”, fueron sus palabras en el 2014 ante el Senado italiano en nombre de la Asociación Nacional de Víctimas Civiles de Guerra.

En una entrevista concedida al Washington Post en este 2019, admitió sentirse desconcertado y enfadado por lo que le sucedió: “¿Cómo puede un objeto dejado en un campo hace 70 años cambiar mi vida? No soy un soldado, no tengo nada que ver con ese conflicto”, cuestionó el joven portavoz.

Es por eso que junto a la fotógrafa Mattia Crocetti, decidieron hacer un trabajo (reportaje fotográfico) para crear conciencia de los peligros que en la actualidad son causados por municiones de un conflicto que terminó en 1945.

Este es un ejemplo del tipo de granada que recogió Marzolino. (Mattia Crocetti)
Italia 2019. (Fotografía Mattia Crocetti)

“Quiero hablar sobre mi historia porque la gente tiene que saber la verdad. Las personas tienen que saber dónde pueden encontrar bombas sin explotar, cómo reconocerlas y cómo eliminarlas. Tenemos que encontrar una manera de detener este tipo de incidentes en Italia y en todo el mundo”, recalcó el sobreviviente, que ha logrado superar todos los obstáculos y vivir feliz al lado de su novia y su perro guía, Wupi.

Nicolas Marzolin y su perro guía Wupi.
Nicolas Marzolin, Italia en 2019. (Mattia Crocetti)
Nicolas Marzolino y su novia en 2019 Italia.
Nicolas Marzolino, Italia en 2019. (Mattia Crocetti)

Los principales perjudicados de las minas terrestres son los niños debido a su curiosidad, por lo que Nicolás, procura que ni los pequeños, ni nadie sea víctima de un episodio traumático como el que vivió: “Los gobiernos deben hacer algo para detener este tipo de incidente. No quiero que otra persona joven como yo sea víctima de una mina sin explotar o de cualquier tipo de artillería”, sentenció.

Por un futuro sin explosivos terrestres

“El camino hacia la consecución de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible debe estar libre de minas terrestres, restos explosivos de guerra y artefactos explosivos improvisados”, declaró António Guterres, Secretario General de la ONU, en el Día Internacional de información sobre el peligro de las minas y de asistencia para las actividades relativas a las minas.

Hasta ahora, 164 países se han sumado al Tratado de Prohibición de Minas Antipersona, desde su creación hace 20 años.

“Todas las personas tienen derecho a vivir en condiciones de seguridad, y a no tener miedo de dónde dan el siguiente paso”, reflexionó Guterres.

De igual forma el actor británico Daniel Craig, colaboró con esta organización mundial, para llamar la atención sobre la lucha para limpiar al mundo de estas amenazas y de proteger a pequeños en zonas de conflicto.