Una de las grandes protagonistas de las movilizaciones durante la crisis social de nuestro país han sido las ollas. Los cacerolazos se han convertido en una rutina diaria, donde varios hemos perdido sartenes y cucharas de palo de tanto hacerlas sonar.

Moisés Sepúlveda es cineasta y amante de la fotografía. Y, desde el segundo día de marchas, decidió salir a la calle a retratarlas. Primero, desde lejos, y luego como si fueran máscaras para cubrir la cara de sus dueños.

“Al principio no las vi como protagonistas, pero luego comencé a darme cuenta de su valor. Ahí empecé a retratarlas como escudos o máscaras”, comentó a Página 7.

Incluso, Moisés confesó que, al ponerles más ‘ojo’, hubo varias cosas que le llamaron la atención. “Me impresionó la deformidad de algunas. Por ejemplo, vi a una persona con una cacerola deformada y pensé en la cantidad de rabia con la que le había pegado a esa cacerola”, reveló.


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Estos días no he parado de mirar las cacerolas de la gente. He retratado muchas, pidiéndole a sus dueños que se las pongan como máscaras, para que sus cacerolas los describan. Son algo muy especial. Primero está el objeto original, que no siempre es una cacerola. A veces es un tarro, una tapa, hasta una tetera o una canaleta metálica. Algunas veces es una olla nada barata. Algo dice de ti la cacerola que tienes. Tu la elegiste. O esa es la que te dio el sistema. Muéstrame tu cacerola y te diré quien eres. O quien te toco ser. O donde te toco estar. Pero lo que más me sorprende son las huellas de los golpes sobre el metal. Cuántos golpes tiene cada una, con que intensidad fueros dados, con que frecuencia. Lo veo como un medidor de la rabia acumulada. Cuando he visto algunas que parecen un papel arrugado, en que ya no se distingue su forma original, pienso que su dueñ@ hace mucho estaba masticando frustración. Y cuando veo una nueva, pienso: “tu cacerola no tiene marcas, qué haces acá?”. Pero luego me doy cuenta qué hay gente que recién se entera de la rabia que tiene dentro. Y estaba bueno que en algún momento comenzaran a sacarla fuera. Aunque para eso tuvieran primero que ver cómo millones a su lado llevaban tiempo haciéndolo.

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Sobre eso decidió escribir en un largo posteo en su cuenta de Instagram (@moiseselmago), el cual acompañó con fotografías de 27 protagonistas de los caceroleos, entre ollas, sartenes y tapas.

“Algo dice de ti la cacerola que tienes. Tú la elegiste. O esa es la que te dio el sistema. Muéstrame tu cacerola y te diré quién eres. O quién te tocó ser. O dónde te tocó estar”, reflexionó.