Los prejuicios no se escapan de nadie, cualquier diferencia puede ser juzgada de manera consciente o inconsciente, sin tomar en cuenta que eso puede afectar al otro.

Claire Dutton de 32 años de edad, y Amber McLeod de 25 saben de eso, pues no pasaron desapercibidas al momento de beber unos tragos en un bar de Inglaterra, donde muchos de los presentes no les quitaban la vista.

¿El motivo? “Lamentablemente, me he enfrentado a estas miradas desde que Claire y yo nos conocimos a fines de 2015. Ella tiene síndrome de Down y mucha gente asume que soy su cuidador”, relató Amber, en una entrevista concedida al medio The Sun.

Fue en Solihull College donde se vieron por primera vez y sintieron química de inmediato: “Había algo tan vivaz en ella, tenía una energía increíble, y quería conocerla. Estuvimos conversando y supe que había conocido a alguien muy especial. Era divertida, descarada, y la conversación fluía”, describió McLeod, quien realizaba sus estudios sociales en la institución.

La mayoría se hacen ideas erróneas al verlas juntas: “Claire y yo nos reímos de que deben pensar que soy la peor cuidadora del mundo mientras bebemos nuestras bebidas, pero también me frustra que no puedan ver que solo somos amigas”, comentó la británica, quien en la actualidad se desempeña como trabajadora de apoyo en Birmingham.

Dutton ha sido llevada toda su vida como una niña, pero Amber la trató como a cualquier otra amiga: “Nuestro lugar favorito para encontrarnos es un restaurante italiano en Selfridges. Bromeamos que somos como las chicas de Sex and the City mientras bebemos coquetas”, añadió.

Otra suposición frecuente es que muchos afirman que su amistad es una calle de un solo sentido, pero Amber reconoce que no es así: “Cuando mi tía murió el año pasado, quedé devastada y la primera persona a la que recurrí fue Claire. Tiene una capacidad increíble para consolar a las personas”.

Estas mejores amigas desean que las personas sean más abiertas y dejen de lado los prejuicios: “Cuando los extraños le hablan con voz de bebé, la veo erizada y, aunque es educada, sé que le molesta, sin duda me vuelve loca”,confesó la joven.

Por su parte Claire, se siente agradecida de que Amber vea más allá de su condición: “Todavía hay conceptos erróneos de que las personas con síndrome de Down no pueden tener amigos adecuados”, sentenció.