“Nos pasó lo mismo que en la película La Huérfana”. Con estas palabras, una mujer contó que su hija adoptiva de seis años, en realidad tenía 22, e incluso intentó asesinarla.

Se trata de la estadounidense Kristine Barnett, quien en 2010 adoptó a la niña de origen ucraniano Natalia Grace. Sin embargo, con el pasar de los meses, la menor habría tenido extrañas conductas.

Según señaló la mujer, Natalia rechazaba los juguetes y hablaba con un vocabulario muy avanzado para su edad. Incluso mientras la bañaba, notó que tenía vello púbico, algo que no es normal en una menor de seis años.

“Nuestra hija adoptiva nos amenazaba y hacía dibujos que en los que decía que quería matar a miembros de la familia, enrollarlos en una manta y ponerlos en el patio trasero”, aseguró Barnett, en entrevista con el sitio inglés Daily Mail.

“Decía que iba a apuñalarnos mientras dormíamos. En una ocasión, trató de empujarme contra un alambre electrificado (…) La vi poniendo productos químicos, lejía, Windex algo así, en mi café y le pregunté, ¿qué estás haciendo? Ella dijo: ‘Estoy tratando de envenenarte’”, añadió la mujer.

Asustada con esta situación, recurrió a la ayuda de médicos, quienes confirmaron que la niña sufría trastornos psicológicos severos, los cuales solo pueden ser diagnosticados en una persona adulta.

Kristine Barnett | Facebook
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Además, un examen de densidad ósea reveló que Natalia tenía al menos catorce años. Fue en ese momento, cuando Barnett se convenció de que su hija no era tan “pequeña” como parecía. “Era una mujer. Ella tenía período, tenía dientes adultos. Nunca creció ni una pulgada, lo que sucedería incluso con un niño con enanismo”, detalló.

En 2012, la pareja solicitó que la edad de la niña fuera “corregida”, para que pudiera recibir el tratamiento psiquiátrico apropiado para un adulto. De este modo, el tribunal especificó que Natalia tenía 22 años y no 8.

Producto del miedo que le provocaba la presencia de la “mujer”, Bernett decidió arrendarle un departamento para que se fuera a vivir sola. Sin embargo, en ese momento Natalia cortó la comunicación con sus padres adoptivos.

Kristine Barnett | Facebook
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“Fue después de eso que decidimos irnos a Canadá y ella llamó a la Policía y nos denunció por abandono (…) Es injusto que ahora nos persiga el mismo estado que años atrás confirmó la correcta edad de nuestra hija”, expresó la mujer que tuvo que pagar una fianza de U$S5.500 (más de 4 millones de pesos) para quedar en libertad.