Sin duda las relaciones de pareja y, por consiguiente, el sexo, son temas complejos. Son muy pocas las personas que están completamente satisfechas en ambos aspectos, pues muchas veces se tapan o normalizan situaciones que son una clara señal de que algo no anda bien.

De acuerdo a los terapeutas sexuales, una de las quejas más comunes de los pacientes es que a medida que avanzan en la relación amorosa, el deseo sexual ya no es el mismo de antes y particularmente afecta más a uno que a otro.

El terapeuta sexual y doctor en psicología, Marty Klein, define esta situación como ‘discrepancia de deseo‘, es decir, cuando “una persona quiere tener relaciones sexuales significativas más que la otra persona”.

Claramente este es un tema muy amplio y solo podrá encontrarse su causa con una conversación profunda con la pareja y, si es necesario, con ayuda de un especialista, pero para Klein, existen situaciones bastante comunes que se repiten en su consulta y que podrían explicar por qué uno de los dos le hace ‘el quite’ al sexo.

Asimismo, advierte que no siempre tener un libido bajo es sinónimo de una disfunción sexual, sino que a veces simplemente no son conscientes de que algo les molesta y que eso está interfiriendo en su deseo sexual, explica él en un artículo publicado en el portal especializado Psychology Today.

En ese sentido, el experto revela al menos seis razones (las más comunes) que vale la pena revisar si estás viviendo algo similar.

1.- Una relación amorosa conflictiva

Contrario a la creencia popular o a lo que nos muestra el cine y la publicidad, la mayoría de las personas no quiere tener relaciones sexuales cuando están enojados o tristes. En esos estados no estamos enfocados, y no solemos ser muy flexibles ni generosos a la hora de intimar.

Es por eso que si tu relación tiene conflictos crónicos que se repiten en el tiempo y cada vez están más presentes, las probabilidades de ver cosas positivas en la pareja que generen deseo, son menores.

Se debe tener claro que en ocasiones una pelea puede dejar heridas tan sensibles que el deseo sexual puede tardar mucho en recuperarse o, incluso, no hacerlo.

2. Mala higiene

A veces las parejas que llevan varios años caen en el error de ‘relajarse’ y descuidan su aspecto personal o algunos hábitos básicos de limpieza. Si bien existe más confianza como para pasar un domingo en pijama y sin bañarse, lo cierto es que si estás esperando tener acción en tu cama, no es lo más indicado de hacer.

Tienes que tener claro que aunque algunas personas no lo digan, sus estándares pueden ser simplemente más altos que los de otras. Algunos no se hacen problema con un poco de olor corporal mientras otros no toleran ni siquiera su aliento al despertar.

Si estás en la posición en que te molesta la higiene personal de tu pareja, el doctor Klein asegura que no le estás haciendo precisamente un favor al quedarte en silencio. “Si es el olor, la textura o la limpieza de la piel de tu pareja, lo que te dificulta el deseo sexual, díselo de una manera suave pero clara. Tu pareja merece esta información“, indica.

3.- Posiciones diferentes respecto a la concepción

Todos sabemos que el sexo heterosexual conduce a la concepción y por eso quienes no desean tener hijos recurren a métodos anticonceptivos para disfrutar sin esa preocupación, no obstante, a veces en una pareja también existen discrepancias en este tema y no siempre se conversan.

Pensemos que cuando uno de los dos dice “usemos condón”, antes de tener sexo; y la otra persona responde “esta es una gran oportunidad para quedar embarazados”, es evidente el porqué uno o ambos comenzarán a evitar el sexo.

deseo sexual en la pareja
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4.- Luchando por querer cambiar el menú sexual

Cuando una pareja lleva años, ya se conocen los gustos en diferentes áreas, incluyendo el sexo, y a veces simplemente optan por irse a la segura en la cama.

No obstante, a veces uno de los dos busca ir más allá y le pide al otro alguna innovación, lo que no siempre es bien recibido. Y es que no es como cuando le preguntas a tu pareja si le gusta o no el sushi, pues con una vez que te diga que no, lo entenderás. En el sexo suele ser diferente.

La perseverancia a veces juega en contra y tenemos a la persona preguntándonos lo mismo cada cierto tiempo, incluso cuando estás intimando, pueden hacerte creer en fantasías que simplemente no te interesan, y es por eso que lo mejor en estos caso es ser tan claro como el agua.

“Si bien entiendo el impulso de seguir preguntando, en algún momento la realidad tiene que hacerse cargo. Animo a la gente a decir: ‘Cariño, la respuesta es no, gracias. No solo por esta noche, sino hasta el final de los tiempos. Por favor deja de preguntar. Si cambio de opinión, prometo hacértelo saber’. Y luego la otra persona debe hacer un poco de duelo para poder dejar de preguntar”, recomienda el psicoterapeuta.

5.- No coinciden en fetiches o fantasías

Una parafilia o fetiche sexual tiene que ver con conseguir la excitación erótica a través de un objeto, una prenda de vestir, una parte del cuerpo en particular, un guion repetitivo en que la pareja finge ser otra persona, entre muchas otras fuentes de deseo.

El tema es que si bien cada persona tiene sus propios ‘objetos de deseo’, a veces cuando se comparten en pareja, la otra persona puede espantarse, no querer participar o incluso tachar tus fetiches como asquerosos. Entonces, si una persona está aburrida de la vida sexual que lleva con su pareja, y aunque busque innovar, no pueden llegar a un consenso que ambos disfruten, es evidente que eso afectará en el deseo.

bajo deseo sexual en la pareja
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6.- Falta de planificación o preparación

Parece de perogrullo pero la única forma de tener relaciones sexuales es de manera consensuada. Si a eso agregamos que en la vida adulta la mayoría de las parejas planifica sus encuentros íntimos, es muy poco el espacio que queda para lo “espontáneo”.

Y es que muchas personas tienen la creencia que nos ha dejado el cine, la televisión y la publicidad, de que el sexo debe ser algo que nace de repente casi como la consumación de un deseo irrefrenable y hasta en los lugares más insólitos, pero ¿es así realmente como ocurren las cosas?

“Mis pacientes a menudo me dicen que el sexo debe ser natural y espontáneo. A lo que generalmente respondo: ‘¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo espontáneamente?’ En estos días, los adultos rara vez lo hacen, por lo que si no vas a jugar fútbol espontáneamente, y no plantas un árbol espontáneamente, y no llevas a tu hijo al zoológico espontáneamente, ¿por qué esperarías tener sexo espontáneamente?“, explica Klein.

Asimismo, comenta que si vas a acercarte a tu pareja en un momento en que están cansados, o acaban de comer, o tienes que levantarte temprano, es muy probable que diga que no. Y lo que puede ser peor aún, es que pueden sentir que realmente no te importa cómo se sientan, por lo que claramente pueden rechazarte al momento de pedir sexo.

Ahora bien, si tu pareja nunca está de buen humor o siempre presenta excusas, eso es un tema aparte que también necesita discusión. Pero si su malestar es evidente, y aun así tienes la osadía de buscar un permiso para tener sexo, es probable que el que tenga el problema seas tú, y simplemente el bajo deseo sexual de su pareja responda a eso.