Efecto Target. Ese es el nombre que reciben una serie de trucos psicológicos que ocupan los supermercados, para que compres más de lo que realmente necesitas.

No es que por arte de margia entremos a las tiendas y nos llevemos más productos de los que teníamos pensados, sino que existe una explicación para eso. Por lo mismo es que con un poco de voluntad y conocimiento, puedes sortear esta situación y así ahorrar un poco de dinero.

Hay una serie de “secretos” que puedes poner a prueba para no ser víctima de estas artimañas, en las cuales solemos caer con frecuencia.

1. Prográmate con anticipación

La premisa de los supermercados es bastante simple: mientras más tiempo estés en la tienda, más posibilidades hay de que sigas comprando. Para ellos, el negocio está en que pases el mayor tiempo posible ahí, por lo que es conveniente que vayas por lo estrictamente necesario.

El psicólogo clínico Kevin Chapman explicó a NBC que “las luces, los colores brillantes… todo está hecho para despertar tus emociones y hacer que te sientas bien, lo que claro, te anima a comprar”, manifestó el especialista.

Para remediar esto, programa tu compra de antemano, con lo que deberías llevar y con el tiempo que deberías demorar.

2. No ocupes carros grandes

¿Te has dado cuenta que los carros de supermercado superan ampliamente el número de canastos en los supermercados? Esto se debe a que parten desde la idea de que los seres humanos sentimos la necesidad de llenar los recipientes que ocupamos.

“Si nos acercamos a la caja con el carro medio vacío, nos abruma esa sensación de que no compramos lo suficiente”, explica el sitio especializado Psychology Spot.

La solución a esto es, en lo posible, no ocupar carros, y llevar lo que necesitemos en las manos. Si es mucho lo que hay que comprar, entonces busca un recipiente adecuado.

3. Ofertas de $990

Este es uno de los trucos más utilizados, pero no por eso menos efectivo. A veces cuesta darnos cuenta de que la cifra se encuentra más cerca de los miles que de las centenas.

Además, como no es número redondo, hace que perdamos fácilmente las cuentas mentales que llevemos dentro del supermercado, así que lo ideal es que cuentes con una calculadora, para que no te sobrepases comprando cosas que, tal vez, no necesitas.

4. Productos básicos al fondo

En este punto no hay mucho que hacer. Por lo general, los productos más utilizados como el pan, la leche y los huevos se encuentran al fondo del supermercado. ¿Por qué? Para que en el camino, puedas “vitrinear” otros productos que puedan ser de tu interés. Y si están a $990 mucho mejor.

Por lo mismo, la recomendación para sortear esto es avanzar con la vista al frente y con fuerza de voluntad para ir por lo que necesitas y no por lo que te muestran.

5. ¡Otra vez cambiaron los productos!

El cambiar de ubicación los productos es una práctica habitual de los supermercados. ¿Para qué lo hacen? Para que no se generen compras robotizadas y así puedas seguir “descubriendo” productos que puedes echar en el carro.

Una buena solución para esto es siempre mirar al inicio del pasillo. Ahí se encuentran los carteles que señalan qué productos podrás encontrar.

6. ¿Un aperitivo?

¿Cuántas veces hemos visto a promotores con productos para degustar? Muchas. Y no es que las marcas asociadas sean buenas personas, sino que está comprobado que el apetito puede ser un potente incitador de compra, según The Food Network.

La única solución a esto, es no ir al supermercado con hambre, ya que tus compras podrían aumentar considerablemente, sólo por el hecho de satisfacer esa necesidad momentánea.

7. Música agradable

¿Te has fijado que la música de cualquier supermercado siempre es suave y agradable? Según Psychology Spot esto impulsa el deseo de compra, ya que te hacen sentir confortable, pero sin distraerte del objetivo final: la compra.

Si vas solo, ocupa audífonos para no caer en este juego, mientras que si vas acompañado podrás enfocarte en la conversación, lo que sin duda ayudará mucho.