Los científicos que investigan los orígenes de los humanos han hecho enormes avances con las mejoras recientes en las técnicas de análisis del ADN antiguo. Un nuevo estudio se basa en un método alternativo para retroceder en el tiempo: el análisis de los dientes humanos fosilizados.

El estudio, publicado el miércoles en la revista Science Advances, ubica en una fecha anterior al consenso científico actual la edad del último ancestro común del Homo sapiens (nuestra especie) y los neandertales, en 800.000 años de antigüedad en lugar de los 400.000 a 600.000 años.

Pero este trabajo, dirigido por Aida Gomez-Robles de la University College de Londres, genera debate entre antropólogos, algunos de los cuales cuestionan la precisión de la metodología utilizada por la investigadora.

El estudio se hizo a partir de unos 30 molares y premolares encontrados en el yacimiento arqueológico Sima de los Huesos, en España, que pertenecieron a los primeros hombres y mujeres de Neandertal. También analizó los fósiles de otras siete especies humanas antiguas.

Los dientes de Sima de los Huesos fueron datados en 2014 por técnicas confiables en hace 430.000 años.

Esta datación ya indicó que la “divergencia” entre los sapiens y los neandertales, por lo tanto, había ocurrido antes de hace 400.000 años. ¿Pero cuándo?

Para calcular a cuándo se remonta este ancestro común, la investigadora usó un modelo estadístico que parte del principio de que la forma de los dientes humanos evoluciona a un ritmo constante.

El objetivo era ir atrás en el tiempo lo suficiente para encontrar un ancestro que pudiera haber conducido a los dientes de los humanos de Sima de los Huesos y a la vez, de los humanos modernos.

Con este cálculo, Gomez-Robles llega a la conclusión de que nuestros ancestros y los neandertales “divergieron” hace 800.000 años.

La consecuencia inmediata de este trabajo es que eliminaría al hombre de Heidelberg (Homo heidelbergensis) como el tan buscado ancestro común.

Divergencia lenta

Esta investigación no zanjará por sí sola el debate sobre los orígenes de la humanidad, pero la profesora dijo a la agencia AFP que el estudio de las variaciones anatómicas “nos da una imagen más precisa”, en particular debido a que la extracción de ADN de fósiles muy antiguos sigue siendo muy difícil, a menudo imposible.

El hecho de que el ADN y los dientes arrojen fechas diferentes también apoya la idea de que las especies no se separaron de una vez, sino que la divergencia se produjo durante períodos muy largos, durante los cuales los individuos comienzan a diferenciarse pero siguen mezclándose y reproduciéndose.

“La divergencia entre los neandertales y los humanos modernos, o las divergencias entre cualesquiera de las especies, no ocurren en un momento específico en el tiempo”, dice la autora del estudio. “Hoy sabemos que ha habido una hibridación entre neandertales y humanos modernos”.

Mirjana Roksandic, antropóloga de la Universidad de Winnipeg, publicó recientemente un artículo de investigación que describe a H. heidelbergensis como un “no neandertal”.

Roksandic alabó el trabajo realizado por su colega. “Ella encuentra el momento en que los neandertales comenzaron a trazar su propio camino, es un resultado muy, muy importante”, dijo a agencia AFP. “Los dientes son fósiles, contienen una enorme cantidad de información”.

Otros son más cautos. La antropóloga Bridget Alex, de Harvard, describe la nueva metodología como “útil”, pero subraya que genera tensión entre los cambios genéticos y los cambios físicos y fisiológicos en la evolución, que pueden producirse a ritmos diferentes.

En cambio Susan Cachel, profesora de evolución humana en la Universidad de Rutgers, critica el estudio. “Si los ancestros de los humanos anatómicamente modernos y los neandertales no provienen del Homo heidelbergensis, ¿de dónde vienen? ¿Un ancestro desconocido y misterioso?”.

“Hay variaciones dentales extraordinarias entre los seres humanos vivos”, sostiene, lo que socavaría una de las hipótesis del modelo de Gomez-Robles. Por ejemplo, dice, indígenas americanos actuales tienen un tipo de premolar muy raro, que “sin duda apareció en los últimos 15.000 o 20.000 años”.