Fue durante el otoño de 1888 que Jack el Destripador dio muerte a 5 chicas en Whitechapel, al este de Londres. El pánico se apoderó de las calles de esta ciudad británica, pero por más que se movilizó la policía, jamás lograron dar con el culpable, convirtiéndolo en una leyenda.

Durante años, sus crímenes y repentina desaparición pusieron en jaque a criminalistas de todo el mundo… pero gracias a las nuevas técnicas de la medicina forense, al fin los investigadores lograron darle una respuesta a este enigma, tal como informó The Daily Mail.

La clave para resolver el misterio: un chal encontrado cerca del cuerpo de Catherine Eddowes, la segunda víctima de este brutal asesino. El empresario Russell Edwards compró la prenda en una subasta y se la dio al Dr. Jari Louhelainen, quien es conocido a nivel mundial por ser capaz de analizar evidencia genética de crímenes históricos, tal como ocurrió en este caso.

Ho | Jari Louhelainen | AFP
Ho | Jari Louhelainen | AFP

Tuvieron suerte: aparte de comprobar que la pieza textil realmente perteneció a la malograda mujer, encontraron rastros de semen del atacante. Aunque la evidencia tenía 126 años, el capo de Louhelainen logró trabajar con el ADN mitocondrial, el cual es mucho más duradero.

La prueba apuntó a uno de los seis sospechosos principales de la policía británica de la época. El culpable no fue el nieto de la Reina Victoria ni el pintor post impresionista Walter Sickert. El asesino era Aaron Kosminski, un inmigrante polaco que se dedicaba a ser peluquero.

De hecho, este había sido identificado por un testigo en 1888, pero no fue suficiente su acusación, ya que sólo lo mantuvieron vigilado durante 24 horas. Kosminski se salvó de la ley, pero no de su propia cabeza, ya que vivió hasta sus últimos días internado en un manicomio.

Los documentos del responsable de la investigación, el inspector jefe Donald Swanson, lo describían como un “probable esquizofrénico paranoico con alucinaciones auditivas y propenso a la masturbación”.

Gracias a que lograron dar con una descendiente de la hermana de Kosminski, Matilda, hoy podemos dar por cerrado este enorme misterio de las calles de Londres.

“La primera muestra de ADN demostró una coincidencia del 99,2 por ciento. La segunda arrojó un 100 por 100 de coincidencia”, afirmó este médico al diario británico. “Fui capaz incluso de identificar la etnia y procedencia geográfica del ADN extraído, perteneciente al haplogrupo T1a1, común en las personas de etnia rusa y judía”.

“Ahora, me siento orgulloso de decir, sin ningún genero de duda, que Aaron Kosminski es la identidad de Jack el Destripador”, concluyó el médico.

La única imagen del polaco | Evans Skinner Archive
La única imagen del polaco | Evans Skinner Archive