Daniela Aránguiz volvió a reflotar la polémica con Karen Bejarano en la pasada final de El Discípulo del Chef.

Recordemos que la modelo perdió ante la cantante, señalando que había dado “pena”, razón por la cual el público la había escogido como ganadora.

Ahora volvió a hablar del tema en conversación con el programa en Instagram, Con Vos, donde señaló irónicamente que “me voy a poner a llorar entonces para que me quieran”.

En la instancia, la exintegrante de Mekano indicó que “yo no quiero hablar de ella porque como que le hace súper bien que hable de ella, como está en un programa y yo no”.

En esa misma línea, indicó que “lo único que yo voy a decir sobre esto, es que yo le hice un favor de no entrar al discípulo para que ella pudiera estar tranquila. No la atormenté. Me ofrecieron, y yo sé que hago así (gesto con las manos) y entro mañana si quiero, pero no lo voy a hacer”.

 

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Asimismo, contó que “encuentro muy feo que diga ‘si ella está, yo no estoy’, porque eso es cerrar las puertas a alguien. Yo no le cerraría las puertas de trabajo a nadie, siendo que no la pescaron porque al otro día que ella dijo eso, me llamaron por teléfono para ofrecerme el triple de lucas de las que yo ganaba cuando estaba en el discípulo para que entrara tres días”.

Finalmente, la esposa del Mago Valdivia recalcó que “nunca la voy a odiar, siempre le voy a tener un cariño especial incluso, porque nosotras vivimos muchos momentos bonitos cuando éramos chicas. Y yo siempre le creí todo, siendo que la Rose y muchas otras me dijeron que no le creyera el lloriqueo”.

Sobre final de El Discípulo del Chef

Consultada sobre el final de El Discípulo del Chef, Aránguiz precisó que el problema nunca fue con Bejarano, si no con la forma en cómo se desarrolló el programa.

“Lo que pasa es que no es con ella el atado del discípulo. A mí no me gustó como que fueran inconsecuentes a lo que yo estaba concursando. Porque siento que alguien que está, por ejemplo en un programa de canto, tiene que ganar el mejor cantante, no el que llora por la abuelita, por la mamá, por la tía”, explicó.

“Para mí esos no son líderes, y yo soy amante de los líderes, la gente que no bota ninguna lágrima y al final se lleva los aplausos”, concluyó.