A pesar de que el año ha pasado volando y ya estamos en agosto, esto no es sinónimo de que el invierno terminó; el frío aún nos acompaña y con ello las infaltables prendas de lana y telas gruesas.

Muchas nos ayudan a combatir las bajas temperaturas y nos permiten andar abrigados con estilo, sin embargo, si una de ellas se nos ensucia, lavarla se vuelve toda una odisea de la que muy pocos sabemos salir gloriosos.

Por ello, Marcela Carvajal, experta en cuidado de prendas de 5asec, entregó algunos detalles que nos ayudarán para cuidar nuestras prendas adoradas, y poder guardarlas impecables.

Según detalla Carvajal en Biut, lo primero que hay que tener en cuenta al momento de lavar nuestros chalecos y abrigos, son las indicaciones que vienen en el etiquetado. “Lo primero que debemos hacer es respetar y fijarnos en las etiquetas y en los cuidados de limpieza específicos, según cada fibra”.

Luego de esto, existen algunos “trucos” que nos permiten prolongar la vida de nuestras prendas, y así poder utilizarlas para el año siguiente.

Lavar y secar chalecos

Pixabay (cc)
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El mayor temor que existe es que se deformen, quedando de otras tallas. Para evitar esto, Carvajal explica que lo importante es la manera en que lo hacemos y los productos utilizados.

“El lavado que sea con agua fría y jabón neutro. De la misma manera, esta prenda no debe ser exprimida ni restregada, ya que con este movimiento podrían generarse pelusas”, señala.

Respecto al secado, Marcela indica que “es imprescindible quitar el exceso de agua de forma delicada para luego estirar la prenda en posición vertical, es decir, sobre una superficie lisa y al aire libre, ya que al ser colgada y con el peso de la prenda mojada, se produce el estiramiento y, por ende, la deformación”.

Y para meterla al clóset no debe ser muy distinto: “Este cuidado debe tenerse al guardarla en el clóset también. En general se recomienda guardar doblada y sin mucho peso sobre ella para evitar que pierda su textura”, afirma la experta.

Lavar y secar abrigos

Pixabay (cc)
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Por otra parte, lavar un abrigo es algo más complejo que no se debe hacer en casa, ya que es una prenda delicada, no sólo por la tela sino que también la estructura. “Debe ser lavada en seco o con la nueva tecnología de Wet Cleaning (lavado en húmedo)”, detalla Carvajal.

Para evitar que la ropa quede con mal olor por el largo periodo que permanecerá guardada, Marcela explica que es bueno ventilarla y dejarla en una bolsa de tela. “Después de usarla pasarle el saca pelusa, ventilarla y guardarla en un zipper de tnt, jamás plástico, hasta su próximo uso. El ziper plástico hace que la humedad se mantenga en el abrigo pudiendo dar cabida a la generación de microorganismos y mal olor”.

Finalmente, para que tu amado abrigo no se deforme, la experta entrega un tip que muy pocos conocemos y que tiene relación con el colgador que utilizamos para guardarlo. “Un consejo importante para el cuidado del abrigo, es colgarlo en un gancho de hombros anchos, no los típicos delgados, y evitar apretarlo mucho en el clóset para que no se deforme“, sentenció.