Fue durante las Fiestas Patrias de 2017 cuando se viralizó el video de un perro que se robaba una empanada mientras un joven notero hacía una entrevista a una comerciante.
El registro dio la vuelta al mundo y hasta fue destacado por la reconocida revista Times, catalogando a ‘Orejón’ como “el perro que se robó el corazón de Internet”.
También puedes leer
A casi dos años de este fenómeno de Internet, en una entrevista exclusiva con Página 7, el joven notero tras el viral, Sebastián González, reveló detalles de cómo el divertido video afectó su vida y en qué está ahora.
Cuando el fenómeno del “perro ladrón de empanadas” se tomó las redes sociales, Sebastián estaba en el colegio, cursando un preuniversitario y trabajando para Kuarta TV, el medio digital por el que realizó la famosa entrevista.
En ese contexto, González reveló que jamás imaginó en convertirse en viral. “Yo lo subí a mis redes sociales. Dijimos (en Kuarta TV) ‘no se va a publicar’, porque se veía feo que un perro se robara una empanada en una nota seria (…) En dos minutos se viralizó, fue tendencia altiro”, explicó.
El joven, oriundo de La Serena, señaló que en la época fue contactado por varios medios de comunicación, lo reconocían en la calle y hasta le pedía saludos para las alianzas de colegios.
Hoy, su vida es más tranquila. Sebastián terminó el colegio y se está tomando un año sabático. Además, sigue trabajando en Kuarta TV haciendo notas y entrevistando a figuras del espectáculo como Farruko y Zion & Lennox, momentos que comparte con sus seguidores en sus redes sociales.
Respecto a sus planes a futuro, Sebastián confesó que quiere llegar a la televisión. “Quiero llegar como notero, porque es lo que me gusta, estar en terreno”, detalló el joven.
En este sentido, González indicó que su área favorita es el espectáculo, sin embargo, también le apasiona “conocer historias, llegar a la gente del campo, como Francisco Saavedra. Eso me gusta”.
Por último, otro proyecto que desea cumplir es estudiar Periodismo. “Ojala salgo todo bien con la PSU”, concluyó entre risas.
