Emocionantes historias de esfuerzo se esconden tras los participantes de Rojo el color del talento. Una de ellas, es la de Jeimy Espinoza, cantante de 21 años que desde muy pequeña aprendió el valor de la vida.
Desde que era adolescente, trabajó en la locomoción colectiva entregando su música a los pasajeros, todo para juntar dinero y poder cumplir el sueño de ser una reconocida artista.
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La joven vive con sus abuelos en Renca, quienes se hicieron cargo de ella cuando era bebé, debido a que su madre la tuvo a los 16 años. En este contexto, Jeimy reveló a Página 7, cómo ha sido enfrentar este desafío en su carrera, sin la compañía de su padre.
“Ha sido bastante difícil, mi papá vive en la Octava Región, en Tomé, y lo veo una vez al mes o cada dos meses. Es muy complicado, pero la verdad es que él siempre me ha estado apoyando viéndome por televisión”, expresó la cantante.
Además, destaca la importante labor de su madre y su abuela, quienes permiten que pueda asistir al programa de talentos. Recordemos que cuando estaba a punto de entrar a estudiar a la universidad, Jeimy se enteró que estaba embarazada. Por este motivo, son estas dos mujeres quienes se quedan al cuidado del pequeño Gabriel. “Todo es posible gracias a ella”, expresó.
“Ha sido bastante difícil compatibilizar con todo, cumplir con todos los roles: de hija, de mamá, de polola, de artista, etc. La verdad es que he tenido que esforzarme mucho, levantarme muchas horas más temprano”, relató sobre las múltiples facetas de su vida.
Según reveló, su día comienza a eso de las 7 de la mañana. “Tengo que levantar a mi hijo, darle desayuno, preparar todo para el día, dejarle todas las indicaciones a mi madre y a mi abuela”, relató sobre su rutina diaria.
Después, viajar a Quinta Normal a la casa de su madre, para dejarle encargado a su hijo . “Ahí tenemos dos horas en lo que es viajes, y preparación”, añadió la joven. Finalmente, se va al canal a ensayar toda la tarde, hasta que el programa de talentos sale al aire.
A pesar de que es muy poco el tiempo que tiene para compartir con su hijo, reveló que aprovecha cada mañana, noches y fines de semanas para estar con él.
Sin duda ha sido todo un desafío complementar su rol de madre y artista. No obstante, Jeimy reconoce que esta experiencia en Rojo ha sido una montaña rusa de emociones y la ha beneficiado en su proceso de aprendizaje para su carrera artística.
