Pamela Leiva abrió su corazón en De tú a tú y contó el difícil proceso que vivió desde niña con sus problemas de alimentación.

En conversación con Martín Cárcamo, recordó que su madre trabajó de asesora del hogar puertas adentro, por lo que fue su hermana mayor quien tuvo que criarla.

“En un trabajo que hice con la psicóloga en mi proceso bariátrico, miré para atrás, para ver en qué minuto la comida se transforma en mi forma de escape, de evasión, de ser algo tan importante en mi vida”, explicó.

“Fue a los siete años, en invierno, haciéndome un pan con mantequilla y comiéndomelo, así como desesperada y creo que ahí parte todo”, recordó.

Además, agregó que “mi mamá no tenía con quién dejarme en los veranos y me empezó a mandar al campo, a Chillán, a la casa de una amiga suya y cada año yo llegaba más gordita“.

Para intentar superar el problema, su madre la llevó a un médico que le recetó pastillas que “te dejan acelerada”.

“A la semana que yo estaba tomando el medicamento, mandan a mi mamá llamar del colegio y le preguntaron qué me estaban dando y ahí me los quitaron y se notó altiro el rebote… si tenía que bajar cinco kilos, subí 10″, expuso.

Pamela peso
Captura | Canal 13

“Pesaba más de 100 kilos”

Pamela Leiva afirmó que en su etapa escolar hacía mucho deporte gracias al baile, por lo que “me mantenía dentro de un rango de peso más o menos, pero cuando salí me fui a las pailas y llegué a superar la barrera de los 100 kilos“.

“Para mí fue chocante subirme a la pesa y ver que pesaba más de 100 kilos, porque además, me sentía muy mal, porque, cómo era capaz de hacer algo por mí”, manifestó.

También, aseguró que “la gente cree que la obesidad es solo una falta de voluntad y no es así, es algo mucho más complejo que eso. De hecho, se quiere declarar una enfermedad crónica, porque lo es”.

“En el colegio estuve en esta burbuja y que sentía que ser gordita no era un impedimento para hacer lo que quisiera, pero cuando salí al mundo laboral, otro gallo cantó“, puntualizó.