La mañana de este viernes, en Contigo en la mañana, la periodista Paulina Padilla entrevistó en el aeropuerto Arturo Benítez a un confundido viajero.

Mientras la notera conversaba con distintas personas sobre los vuelos que esperaban, a Julio César Rodríguez le llamó la atención un hombre de bandana azul que apareció un par de segundos frente a la cámara.

Finalmente, Paulina lo encontró y él accedió a hablar con ella. “Me llamo Carlos. Voy a Buenos Aires, vengo de la novena región. Voy de turista, a conocer“, contó.

Al preguntarle cuándo salía su vuelo, él respondió que a las ocho de la mañana, a lo que Julio César Rodríguez, desde el estudio, exclamó: “¡Pero son las diez!”.

Padilla revisó su teléfono para confirmar la hora, reiteró: “Solo para tenerlo bien en claro, ¿a qué hora es tu vuelo?”.

“A las ocho de la mañana, pero es para el día viernes”, insistió el viajero, y Julio volvió a exclamar que “hoy es viernes”.

Mientras Carlos contaba que quería conocer el aeropuerto, Paulina le informó que “hoy es viernes. O sea, el vuelo era para hoy viernes a las ocho de la mañana. Ya perdiste el vuelo”.

El hombre respondió que “Me ha pasado varias veces”. La notera le pidió revisar el pasaje, ya que Julio César comentó que quizás era para las ocho de la noche o el día siguiente.

viajero confundido
Captura | CHV

Cuando quisieron saber por qué perdió el vuelo, Carlos explicó que “de repente la confusión de las horas… es que yo venía de San Martín de Los Andes, hartas horas viajando, el cuerpo se cansa”.

Desde el estudio, el animador de Contigo en la mañana dijo, entre risas: “Qué buen entrevistado, es alguien que no sabe qué está haciendo ahí”.

Sin embargo, cuando encontró el ticket de embargo, Paulina leyó que era para el sábado 31 de diciembre, a las ocho de la mañana. “Entonces todavía tengo tiempo”, dijo con una gran sonrisa el confundido viajero, mientras la notera y los conductores del matinal se reían de la situación.

Es primera vez que estoy en Santiago. Iría a conocer el Estadio Nacional”, dijo a los conductores del programa, quienes le recomendaron comer en la ciudad y no en el aeropuerto, donde los precios eran “excesivos”.