Gabriela Hernández habló recientemente con el Podcast Chileactores, donde recordó a su personaje en Bellas y audaces (1988): Celeste Riquelme, una mujer soltera que divide su tiempo entre el trabajo y el cuidado de su madre.

La actriz nacional contó detalles de cómo llegó a interpretar ese rol, lo que incluyó el veto a dos conocidas colegas, en el marco del plebiscito de aquel año.

Recordemos que la ficción de TVN, considerada la más taquillera de la época, con sus romances y conflictos en torno a una exclusiva peluquería de Santiago, significó el inició de la carrera de ‘Gaby’ en las teleseries nacionales, tras su regreso a Chile.

“Me contacta Sonia Fuchs (productora ejecutiva), voy a su oficina y me dice ‘te llamo porque me vetaron a dos actrices, Consuelo Holzapfel y Silvia Santelices, así que quiero que me hagas este papel'”, le indicó.

“A Consuelo no la conocía, pero a Silvia, por supuesto que sí, de años. Habíamos estado juntas en La pérgola de las flores“, agregó Hernández.

Para ‘Gaby’ fue una sorpresa, pues no había participado en teleseries y, además, porque dos colegas fueron censuradas.

Por lo mismo, la actriz le pidió a Fuchs los contactos de ambas compañeras para comunicarse con ellas y obtener su aprobación. De lo contrario, no tomaba el personaje.

“Las voy a llamar, les voy a preguntar si realmente me dan el visto bueno”, le dijo Hernández a la fallecida productora. “Soy yo la que te tiene que dar el visto bueno”, respondió Fuchs.

‘Gaby’ contestó de vuelta. “Soy así, no puedo llegar y tomar el puesto de otra persona, sin por lo menos hablarle”.

De esta manera, se contactó con las dos reconocidas actrices y ambas le dijeron que sí. Además, le agradecieron la deferencia de haber llamado.

“Si me vetaron, me vetaron. Lo va a tomar cualquier otra persona… si te eligen a ti, no tiene nada que ver con esto”, le señaló Holzapfel.

Experiencia en Bellas y audaces

‘Gaby’ recordó que “no tenía idea de nada. Era tan difícil para mí, pero fui muy ayudada por mis compañeros de Bellas y audaces, sobre todo mi querida Lucy Salgado, con quien habíamos sido compañeras de teatro”.

“También Mario Poblete, Ramón Farías… sigo agradeciéndoles eternamente por cómo se portaron conmigo. Con ellos tenía más escenas”, agregó.

Por último, reconoció que de no haber sido por ellos, no habría podido. “Tenían práctica de años, y para mí era primera vez, pero lo pasé tan bien. De ahí no paré más”, concluyó entre risas.