Este domingo, en un nuevo capítulo de De tú a tú, Martín Cárcamo se dirigió nuevamente a Miami, Florida, para conversar con el cantante y animador chileno Luis Jara, que se encuentra radicado allá desde hace un año.

El conductor llegó a una lancha perteneciente a un amigo del cantante, donde este lo estaba esperando para conversar mientras navegaban por North Miami Beach.

Al iniciar el viaje, el intérprete de Ámame empezó destacando las diferencias culturales entre Chile y EE.UU. y que en su casa en Key Biscayne es vecino de Juanes. Todo esto mientras pasaban por afuera de la imponente residencia de Ana María Polo, a la que Luis intentó llamar por teléfono en ese instante, sin éxito.

Mientras seguían navegando, Luis le confesó a Martín que no se siente egocéntrico.

“Yo no vivo mi vida así. Yo vivo muy al servicio de lo que quieren mis amigos, mis hijos (…) Creo que lo del ego fue una broma que se profundizó en el matinal, yo en la tele construí un personaje”, explicó.

“Yo nací con bullying, nunca fui el mejor para la pelota, el más flaco, el más lindo, el con más plata, mis papás nunca tuvieron auto. Si yo no hubiera desarrollado una personalidad y pachorra, no estaría sentado aquí contigo”, dijo.

Ya llegando a su destino en la paradisíaca isla Sandspur, continuaron la conversación acerca de los motivos de su salida de la TV, tras terminar la conducción del matinal de Mega Mucho Gusto.

“Las redes sociales fueron brutales conmigo”, explicó, añadiendo que ya se lo había advertido previamente su esposa Silvana.

“Un día ella me dice que no le gusta esto de que me molesten con el ego. ‘Ay, pero si es un juego’, le digo. Y me dice: ‘Es que la gente no lo va a entender. Tener ego en Chile no se entiende, se entiende como una persona individualista, egoísta, poco empática, y tú no eres así, y esto te va a pasar la cuenta’”, recordó Luis Jara.

Poco a poco empezó a sentirse mal, y, como de costumbre, recurrió al humor para sortearlo. Pero llegó un momento en que ya se hizo insostenible, dijo.

“Yo le ofrecí a Mega salir de la tele (…) Se lo planteé al director ejecutivo y le dije ‘No quiero más’”, contó. Acto seguido, inéditamente, el canal decidió darle permiso de siete meses para recuperarse y después regresar.

“Llegué a la casa y me pegué una buena llorada, porque solté una mochila que venía cargando muy fuerte, muy dura. Y la Silvana me dijo que administrara esos siete meses porque es un regalo en este momento de mi vida. Y es increíble, pero no supe qué hacer con mi tiempo libre”, reveló.

En su confusión, viajó a Miami solo, para reencontrarse consigo mismo. “Y en cuatro días me aparecieron todos los demonios. Tus miedos, tus culpas, las trancas. Estuve cuatro noches con insomnio, cuatro noches llorando y cuatro noches prácticamente sin comer. Hasta que un día me desperté con un afán: ser libre (…) Hoy sé estar solo, y es espectacular”, contó.

Finalmente, firmó su finiquito con Mega el 31 de diciembre, en muy buenos términos. “Bajé al auto, la Silvana me pregunta cómo estoy. Y me cayeron mis lágrimas. Cerré un ciclo en la mejor manera en que alguien lo puede cerrar, lleno de abrazos, en paz, tranquilo. Y si no estoy en la tele el país sigue, mis hijos crecen, no pasa nada, no le pasa nada al país, a nadie. Al único que le importa es a esta persona, a mí”, dijo.

Luis Jara mostró departamento de sus hijos en Miami

El siguiente destino fue el departamento que comparten sus dos hijos mayores, Nicolás, que trabaja en Business & MKT y vive en Miami desde hace 5 años, y Luis Felipe, que es periodista y, tras trabajar 2 años como asesor comunicacional, decidió dedicarse a la música.

Este último, actualmente, se dedica a estacionar autos en un hotel de Miami, trabajo que le permite ganar 120 dólares diarios (un poco más de 100 mil pesos) y pagar las cuentas.

“Se saca la cresta, porque sabe que en lo que grabe yo lo voy a acompañar, pero no lo voy a financiar”, aclara su padre de entrada.

“El éxito los cabros de hoy piensan que es una aplicación, que es un hit o pegarle el palo al gato y forrarse (…) Ellos saben que hoy tienen que valérselas solos y no cuentan con nuestro financiamiento, sí con nuestro apoyo obviamente. Uno les hace daño a los cabros de otro modo. Es la mejor manera de formarlos”, aseguró.

“Me parezco a mi papá en lo perfeccionista”, declaró por su cuenta Luis Felipe: “A mí también me pasa que cuando grabo algo a la primera me gusta, pero mientras más me gusta también más encuentro que lo podría hacer mejor”.

El último destino fue la casa de Lucho en Key Biscayne, donde fueron recibidos por su esposa Silvana y su hijo menor, Cristóbal, de 14 años.

Silvana explicó que su relación con Luis ha sido una permanente historia de amor.

“Cuando recién empezamos a pololear me vi el tarot y me dijeron que había un pretendiente al que le brillaba una luz, que era un ser súper sociable, y que si me daba la oportunidad con él iba a tener un romance de telenovela. (…) Él es tan romántico que sueña que las bodas de plata tienen que ser en tal parte, que el primer día vamos a vestirnos de largo y de smoking, y champañita en la terraza para celebrar la nueva etapa. Yo soy fome, él es de fechas, de rituales, de celebrar cumpleaños, de símbolos”, reveló.

Para ella, que pasó su adolescencia estudiando en Miami, es la ciudad donde siempre quiso vivir.

“Siempre amé Miami (…) Imagínate las vueltas de la vida, que después de 30 años logré traerlo. Nos tocó en una etapa en que podíamos soltar los dos. Otros años habíamos querido, pero estaba el colegio de Cristóbal, la academia de canto, la fundación, tanta gente dependía de que nosotros existiéramos, que te da miedo y te sientes con obligaciones”, reconoció.

Ahora, según dijo, “primero la academia se cerró por el estallido social y fue un empujón, después por la pandemia el colegio ya no era lo mismo, otro empujón, y después vino la salida de pantalla y yo le decía ‘Ya, ahora’. Eran puras señales”, contó.

Por otro lado, sobre la relación de ambos, Silvana calificó su matrimonio como un vínculo libre. “A mí siempre me molestan que si soy celosa, pero no puedo ser celosa cuando no nos pertenecemos: él es libre y yo soy libre y estamos juntos porque queremos estar. No vas a perder algo que no es tuyo. Luis es de la gente, yo nunca he sido posesiva, siempre he sido de compartir a Luis, su cariño, su gente, y yo me sumo”, opinó.

“Yo postulo que a mí cantar y animar no me cuesta mucho, pero ser papá y ser pareja es una pega muy dura”, agregó Luis: “Una vez le dije a Silvana que esto de estar casado es una pega, uno tiene que agendarse, hay días mejores que otros, uno tiene que levantarse pensando en que ya no eres tú sino que somos 2 y después 3, 4 y 5. Es un camino opcional hasta cuando te haga bien, hasta cuando sea, y si es para siempre como dicen los curas, es emocionante”, cerró el animador.

Para conocer cómo es la casa de Luis Jara en Miami, revisa el video: