Julián Elfenbein fue el invitado del segundo episodio de la nueva temporada de De tú a tú, donde habló de su carrera y su vida.

Durante la conversación con Martín Cárcamo, el periodista recordó uno de los momentos más traumáticos de su vida: la muerte de su entonces novia María Soledad Aris en un accidente de tránsito en 1996.

“En la vida me cuesta mucho llorar. Estuve tan mal y lloré tanto que se me secaron las lágrimas. Por eso después cuando murió mi papá no pude llorar. Es como que lloras por dentro pero no lloras físicamente”, partió explicando.

Según recordó Julián, cuando conoció a María Soledad, dijo de inmediato que se quería casar con ella, debido a su especial personalidad.

“Fue un amor fulminante, además ella era un ángel. Fue una historia muy extraña al inicio, como esas historias de princesa que no pueden terminar bien”, confesó.

Sobre el día de la muerte de su pareja, Elfenbein recordó que ocurrió cuando salían de una discoteca, y fueron chocados por un furgón manejado por jóvenes en estado de ebriedad.

“Yo choqué dos veces en mi vida. Las dos un 15 de agosto, las dos con ella, con un año de diferencia. La primera vez fue culpa mía, un accidente chiquitito, se me fueron los frenos camino a Algarrobo. La segunda, cuando fallece”, reveló.

Justo antes del accidente, María Soledad le regaló a Julián un libro de su escritor favorito, C.S. Lewis, Una pena observada, que tenía una particular dedicatoria.

“Para Julián por este amor increíble que tenemos, y si algún día no estoy…”

Sobre el día del accidente, el animador recordó que “despierto con bomberos y un montón de gente, sin entender nada. La Sole al lado mío, la mano tomada, ella se veía bien, yo abro la puerta, me paro y caigo”.

Fue después de ese momento, que no vio más a su novia, a quien supuestamente la operarían. Desgraciadamente, dos horas después falleció.

Este hecho le provocó un trauma a Julián Elfenbein que duró años: “Ese fue un momento inconmensurable de dolor. Incluso las felicidades máximas mías, como el nacimiento de mis hijos, son incomparables en términos de intensidad con ese grito de dolor”.

“Me costó mucho querer vivir. Había perdido todo el sentido. Yo me paraba en un balcón y miraba a un parque, pasaba gente y yo me sentía afuera. ‘Todos ellos tienen vida, y yo no’. Los primeros dos o tres años yo iba al cementerio todos los días”, confesó.

Fue recién cuando conoció a su ahora exesposa, Daniela Kirberg, que pudo volver a darse una oportunidad en el amor.

Pese a todo, nunca olvidó a Soledad: “Tengo todo lo de ella guardado, fotos, cartas. Cuando estás solo con mayor razón vuelves a eso, pero no es competencia de nadie, es algo tuyo. La Sole es como yo, no es para que la Daniela o cualquier persona que venga en el futuro se pueda poner celosa. No es que yo siga enamorado o pegado porque hablo de ella. Es parte de mi vida no más”.