El actor y actual diputado de la República, Luciano Cruz–Coke, conversó con el podcast Impacto en el Rostro, donde repasó su carrera en televisión desde su debut en El amor está de moda (1995) de Canal 13 hasta Fortunato (2007) de Mega.

Con respecto a esa última teleserie donde interpretó a los personajes de Raúl Cuevas y Judith Méndez, el actor reconoció que fue una buena experiencia.

Me reí, lo pasé bien, pero en ese momento yo estaba en una disyuntiva de la vida, en donde sentía que lo que se estaba haciendo en la tele no era muy bueno“, reflexionó en Impacto en el rostro.

Si bien reconoció que la televisión tiene algo que es encantador, también cansa. “Precisamente no hay productos de buena calidad, y donde los actores tienen muy poco que decir”, criticó.

“Al final tú vas, haces el trabajo, tienes poca incidencia en el guion y la producción. Si tienes suerte, te toca trabajar con algún director que tenga una sensibilidad mayor con el texto y con el mundo de los actores”, señaló.

De igual forma, reconoció que las producciones habían decaído mucho en términos de calidad. “Lo peor que les pasó a las teleseries es haberlas convertido en chatarra, en una fábrica de salchichas. Y eso finalmente lo que generó fue una desempleabilidad enorme“, apuntó.

En este contexto, destacó que el hecho de que repitan antiguas teleseries en pantalla, “habla de que se hizo un esfuerzo importante por crear una industria que tuvo un peak en algún momento, y que luego decayó”.

“La televisión sigue siendo un canal muy relevante e importante. Y que puede dar mucho, todavía. Y a eso tenemos que apostar, porque talento hay. Yo no se si hoy en día nuestra televisión esta en ese mismo predicamento“, concluyó.