Este domingo Ítalo Passalacqua habría cumplido 76 años y su viudo, Patricio Herrera, visitó su tumba en el Cementerio General.

Herrera fue quien lo cuidó luego de que el crítico de espectáculos cayera en la clínica por un accidente, que le significó una cirugía de columna en 2014.

Desde ese momento debió usar una silla de ruedas y su pareja, con quien firmó un Acuerdo de Unión Civil en 2015, tuvo que asistirlo hasta su partida, el 29 de septiembre de 2018.

En conversación con Las Últimas Noticias, Herrera señaló que “Ítalo en esta familia era el guaripola. Sin él me siento perdido. Han pasado tres años de su muerte, pero no he logrado estabilizarme”.

“A mí me falta vivir el duelo. Desde que se fue no he llorado, no me sale y estoy complicado con eso“, agregó.

Sobre lo que más extraña del periodista, comentó que “los pocos momentos que teníamos juntos, porque él trabajaba 16 horas todos los días”.

“Teníamos un rito: después de SQP y antes de las películas de las 15 horas, tomábamos desayuno con los perros”, añadió.

Secuelas

Asimismo, Herrera habló sobre las secuelas que le quedaron tras cumplir la función de cuidador. “Después de su segunda hospitalización en 2016, me tuve que hacer cargo de él físicamente, porque no podíamos pagar una cuidadora las 24 horas. Ahora me duelen las articulaciones y la cadera”, indicó.

“Las kinesiólogas me enseñaron a moverlo para subirlo y bajarlo del auto, hacerlo caminar, sentarlo en la silla y cosas más íntimas como meterlo a la ducha y bañarlo”, agregó.

Por último, el viudo detalló que “mientras lo hacía nunca pude estar cansado. Dormía súper poco porque en la noche también tenía que cuidarlo. En el día tenía que supervisarlo y llevarlo a terapia, manejar, darle los remedios”.