El sábado pasado la región Metropolitana entró en cuarentena total, luego que se sumaran a la medida otras comunas de la capital que se encontraban en fase 2, como Providencia, Las Condes y Ñuñoa.

Lo anterior, con el objetivo de frenar el importante alza de casos de contagio de COVID-19 en la región, donde la cantidad de camas UCI disponibles sigue siendo crítica.

En este contexto, la cuarentena prohíbe el funcionamiento de locales comerciales que no sean de primera necesidad, incluyendo bares y restoranes, sin embargo, una mujer comerciante de la comuna de Pudahuel, decidió hacer caso omiso a esta medida, acusando que no tiene otra forma de conseguir ingresos.

En conversación con el matinal Mucho Gusto, Raquel, quien tiene su local de comida llamado ‘Tiburón’, en el persa Teniente Cruz de la comuna señalada, aseguró que abrió igualmente su puesto porque “tengo que subsistir y salir adelante”,

“Mi rebeldía es contra la poca flexibilidad que ha tenido el señor (Enrique) Paris para los comerciantes en general”, agregó.

¿Cómo subsistimos donde hay niños que piden?

Si bien Raquel reconoció que no debería abrir el local dada la crisis sanitaria del país, su situación es dramática y no tiene otra alternativa para generar ingresos.

“(Pido) perdón porque cuando estoy trabajando en mi restaurante, siento que estoy en deuda con la sociedad y con aquellos familiares que padecen de Covid, pero tengo que seguir trabajando, tengo que subsistir y salir adelante”.

“No debiese abrir, porque la orden es que no debemos trabajar sobre todo en cocinería, pero ¿cómo subsistimos donde hay niños que piden?“, agregó.

La comerciante afirmó que su molestia es con las autoridades, quienes -a su juicio- toman decisiones sin considerar la realidad de muchos chilenos que han debido hacer ‘magia’ para subsistir durante la pandemia.

“Me frustra la desigualdad que existe en este país por esas mentes geniales que están en una mesa con café y galletas que manejan desde ahí el entorno de los chilenos. Sería bueno que se pasearan por acá, como cuando van a pedir el voto”, expresó.

La situación de Raquel también es delicada ya que debe trabajar para mantener a su hija, quien nació con trastorno limítrofe de la personalidad.

“Su coeficiente intelectual no es de acuerdo a la edad que tiene, pero con mi negocio logré que se insertara en el mundo laboral. Le pagué clases a una profesora que le dio enseñanza diferencial y luché por ella para salir adelante. Aprendió a leer y escribir“, dijo visiblemente emocionada.

Por último, la mujer afirmó que representa a muchas mujeres chilenas que deben esforzarse por sacar adelante a sus familias, y aprovechó de enviar un potente mensaje a sus pares.

“Amiga chilena, le hago una invitación: luche por sus hijos, su familia, no claudiquen, hay que obedecer y tener protocolo, sí, pero de ahí a que cierren nuestras fuentes laborales, no… tengo que comer señor Paris, voy a trabajar sí o sí“.