Fue el 05 de junio de 2020 que se anunció la muerte del querido chef Ciro Watanabe, que falleció en Lima debido a una enfermedad crónica.

A un año de este terrible hecho, Romina Traverso, su exesposa, decidió sincerarse sobre su relación con el exjurado de Top Chef, con quien estuvo por 18 años. Si bien se casaron en 2007 y diez años después se separaron, se mantuvo un especial vínculo.

“Lo que nos pasó con Ciro en 2017 fue desconectarnos y nos volvimos a conectar en 2019. Nunca cortamos la comunicación totalmente porque Ciro siempre ha sido un padre fantástico para los niños. Y en 2019 nos conectamos para ser amigos de nuevo, retornamos al año en que nos conocimos en Lima”, partió diciendo Romina en conversación con el diario Las Últimas Noticias.

Sobre la recuperación de este vínculo, Romina recuerda que justamente la noche antes de que Ciro muriera, tuvieron una especial charla por WhatsApp.

Vieron Rocketman en paralelo, él en Lima y ella en Chile. Al terminar, cerca de las 02 de la mañana, le dijo que lo quería y que le deseaba amor. “Él leyó el mensaje media hora después y no me contestó”, señala la peruana.

Antes Ciro le había comentado “que sentía que había ganado y perdido. Que había ganado mi amistad y que había perdido el tiempo descuidando a su familia. Yo le respondí ‘no te arrepientas de nada, lo bonito que tenemos hoy es gracias a eso (su quiebre), hemos aprendido a valoramos, gordo, mira dónde estamos, hemos aprendido a queremos tanto’. Él quería recuperar una familia, pero lo que no sabía era que tenía a su familia. Nosotros nos despedimos sin saberlo”.

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Para Romina no quedó nada pendiente entre ellos, ambos alcanzaron la felicidad en sus respectivos caminos, pero siempre teniendo a su familia como eje central.

De hecho, la empresaria recuerda que durante el Estallido Social, él estuvo muy preocupado de que a sus hijos y a ella no les faltara algo.

“Hoy tengo una familia sólida, mis hijos son un apoyo, son estudiosos, y lo hemos logrado gracias a todo lo que ha pasado con nosotros en este año. La muerte, a pesar de que es dura, también es amorosa, está llena de amor”, recordó Romina, que está a cargo de Aki, de 12 años, y Kenzo de 6.

“Su sonrisa me marcaba una brújula. Ciro siempre fue luminoso, cumplió el tiempo que tenía que cumplir, hizo lo que tenía que hacer y se fue como la estrella que fue”, sentenció.