Hace catorce años Juan Pablo Álvarez destacó como un esforzado recluta en la primera edición de Pelotón, el nuevo reality de TVN en aquellos años.

Rápidamente por su forma ser y carisma se ganó el cariño del público, siendo uno de los participantes más queridos y recordados del encierro. Tenía 19 años en ese entonces.

Una vez terminada esa experiencia, siguió ligado a la televisión algunos años. “Desde el 2007 al 2012 aproximadamente. Me seguían llamando de distintos programas”, recuerda con Página 7.

“Trabajé haciendo notas de entretención, incluyendo los videos que íbamos a hacer con Mario (Ortega) a los realities de Canal 13”, agrega.

Tras ello y vivir una pequeña frustración económica. Se fue a vivir a Graneros, región de O’Higgins. Ahí vive con su madre y trabaja en un packing de frutas.

“Aquí estoy trabajando en la frutícola, un packing es una procesadora de frutas básicamente. Me he dado vueltas en varias y me ha ido bastante bien”, explica.

De hecho, confiesa que la pandemia no le ha generado un gran impacto, ya que ha seguido trabajando. “También saqué los 10% y ahora el IFE Universal, eso me ha ayudado harto”, indica

Vida familiar

El querido recluta Álvarez tiene 35 años, es padre de dos hijos, una niña de 11, Luz Esperanza, y un pequeño de 9, Daniel Ulises.

Estuvo casado y se separó hace 3 años. Comenta que tiene una muy buena relación con su exesposa, más ahora que cuando estaban juntos.

En Graneros el exrecluta vive con su madre, mientras que sus hijos y exmujer se encuentran apenas a un par de cuadras.

“Los niños viven súper cerca de mi casa, entonces trato de ser un papá muy presente. Les cocino, vemos películas, tratamos de pasar el mayor tiempo juntos”, señala.

¿Entrar a otra competencia?

Álvarez confiesa que de entrar a otro reality, el factor económico sería la prioridad. “Tendría que haber harta plata de por medio, quizás van a pensar que soy egocéntrico, pero uno tiene que plantear estrategias”, dice.

“No voy a sacrificar mi bienestar personal laboral por un reality en el que me pueden echar a la semana, te fijas”, explica el también técnico profesional en alimentación.

Finalmente, cuenta que no mantiene contacto con sus antiguos compañeros de encierro. “El tiempo pasa y nos alejó. No es de mala onda, simplemente se cambió el círculo no más”, cierra.