Miguel Esbir Barco, más conocido como Miguelo, fue el nuevo invitado al programa De tú a tú, conducido por Martín Cárcamo, con quien habló de su familia y de su carrera.

El cantante y empresario también se refirió a su negocio, el que dejó abandonado por el accidente que sufrió su hijo Sebastián a los 3 años, donde cayó a una piscina.

“Alguien me dijo, ‘¿por qué no sales? estás muy encerrado'”, recordó. Y en ese contexto comenzó una sociedad con el Negro Piñera, que no terminó bien.

“Yo estaba esperando una cosa así, porque quería escaparme. Sufrí de escapismo”, aseguró.

Y añadió que “me pegué un baipás como de seis años que no era lo mío, para volver a mis valores. Toqué fondo. Mucha fiestoca que no llevaba a nada. No me la entiendo hasta ahora. Pero tenían que pasar para ser la persona que soy ahora”.

Afirma que hubo excesos: “Sipo, si ‘Entre Negros’ era todo excesos, empezando por los dueños. Los amigotes tomando gratis. Sufrí de escapismo porque no quería eso para mi vida. Quería casarme una sola vez, si yo soy lo más conservador que hay, pero no me resultó. Y ahí quedé pegado”.

“Aún tengo los fantasmas con eso. De tener un compromiso nuevo”, reconoció.

El punto de inflexión

“Cuando estaba la época del ‘Entre Negros’ muy mal, yo trataba de tirarlo para arriba, me contrataron del Hotel O’Higgins para cantar. Estuve como un mes allá, dejé botado el negocio, se quedó una persona a cargo”, comenzó relatando sobre la experiencia que lo tuvo en la cárcel.

“Alguien falsificó unos cheques, mi firma, y cargaron en contra de mí, y me fui detenido por 3 días. Me llevaron a la cárcel de Valparaíso, me iba a quedar ahí, y esa noche me trasladaron a Santiago, hasta que se dieron cuenta que las firmas no eran mías, que no tenía nada que ver pero igual estuve tres días. Ahí me di cuenta que Calle Suecia a la cresta, nunca más estas amistades, nunca más esto”. Ese fue su punto de inflexión y se mudó a Concón, a sus raíces.

Asegura que lloró mientras estaba detenido: “Me dio mucho que pensar (…) Fueron muchas preguntas, me sirvió de experiencia con cosas que no voy a volver a hacer. El no cuidarme, ser tan confiado”.

Nunca más volvió a ver al Negro Piñera, quien -según dijo- no lo visitó cuando estuvo detenido: “Yo soy caballero, si nos vemos, nos vamos a saludar, pero no sé si lo abrazaría”.

Sus prioridades hoy son “repartir cariño como sea, que mi familia esté bien, mis hijos, mis nietos, y estar bien para poder disfrutarlos”, cerró.