La noche de este jueves, en un nuevo capítulo de De tú a tú, Martín Cárcamo llegó hasta la residencia de su amigo Rafael Araneda, en un condominio donde -según el animador- viven unas 3 mil personas, para hablar de su vida y de su familia radicada hace un año en Weston, Florida.

La conversación partió en torno a su hija mayor, Martina, la única que no vive con ellos y que decidió quedarse en Chile estudiando.

“Ella está en una edad en que, pese a que nosotros insistimos en contenerla, ella también quiere volar con alas propias. Cuesta entenderlo, yo todavía no la entiendo, o sea la entiendo, no me gusta tanto”, reconoció el animador.

El violento asalto

¿Por qué migrar a los Estados Unidos con el éxito que ha tenido en Chile?

Ante esta pregunta, Rafa Araneda explicó que su decisión no pasó por un cálculo financiero, sino que ha sido un cálculo de pasión, de proyectos, de buscar nuevos desafíos, de darle a sus hijos la posibilidad de desafiarse. Y que la decisión pasó también por el asalto que sufrieron en su casa en Santiago.

“Tuvimos un asalto súper violento y de ver que esto se empieza a hacer súper habitual… es de todos los días, uno no puede vivir así (…) Yo teniendo reja, doble reja, alarma, ¿qué pasa para los que no?”, planteó Rafael.

Y agregó, “de partida no es portonazo, es invasión a la propiedad privada, aquí se habla de portonazo… Esa es la otra, la prensa habla de portonazo, no habla de violación a la propiedad privada, no hablan de robo con intimidación, usan las palabras no adecuadas”.

El animador recordó que entraron seis personas a su casa, “tenían apuntados con pistolas y con cuchillos a mis hijos, súper valiente además los hueo***, a Vicente le ponen una pistola en la cabeza, a la Florencia acá (apuntó a su abdomen), las tenían en otro sector con la Marcela”.

“¿Cuál fue tu reacción en ese minuto?”, le consultó Martín.

Él contestó: “Angustia, angustia total, veía todo esto en cámara lenta. Yo me quería morir y no podía hacer nada. Sentía que no podía proteger a los míos. Estaba para proteger y yo no los podía proteger, porque otro hueón me tenía un arma acá (señaló el abdomen)”.

Recordó que entregó todo, tuvo paciencia, y que cree que lo acompañó su padre porque no les pasó nada respecto a lo físico. En tanto en lo emocional “duele mucho, todos fuimos al psicólogo, yo fui al psiquiatra, cada uno vive su proceso de manera distinta”.

Captura | Canal 13
Captura | Canal 13

Proceso judicial

Martín le preguntó por el proceso judicial, ya que a los delincuentes los agarraron.

“El proceso judicial, siendo víctima, no es justo. Yo tengo que aportar las pruebas, la fiscalía tiene que aportar sus pruebas, yo tengo que identificar a los delincuentes. La víctima le tiene que dar la cara a estos hueones, ellos tienen el derecho de quedarse callados. La víctima tiene que hablar, la víctima tiene que apuntar, la víctima lo tiene que tener ahí al frente; mi hija tuvo que verlos nuevamente”, reclamó Araneda.

Y complementó: “Así y todo la justicia te dice, ‘hay pruebas suficientes pero para estos no más’, ¿y los videos para los otros?, ‘no corre’. Hay otros hueones que estaban ahí y que están libres y la policía sabe quiénes son y yo sé quiénes son, pero están libres”.

Rafael Araneda admitió que el violento episodio que vivió con su familia también es parte de la razón de por qué se fueron a vivir a Miami.

“Yo quiero vivir tranquilo. Aquí no hay rejas, aquí no hay llaves. Acá si un delincuente hubiese hecho lo mismo le dan 40 años (…) Fue súper duro, me sentí un inútil”, cerró.