La Revista Sábado de El Mercurio entregó la nueva edición de los 100 Líderes Jóvenes de 2020, y destaca a Rafaela Vicuña.
Diversas personalidades de nuestro país han sido destacadas en esta edición, las cuales se dividen en distintos ámbitos: educación, natación, medicina y ciencias, cine y política.
Algunas de las destacadas fueron: Bárbara Hernández (35), sobresaliente en el mundo del deporte, específicamente en natación. Julieta Martínez (17), una de las personalidades jóvenes de este listado como ambientalista y, finalmente, Mariana di Girolamo (30), ligada al mundo de las artes y el teatro, quien es reconocida por sus personajes en la escena teatral y televisiva.
Una de las que destacó en esta misma rama fue Rafaela Vicuña Moraga, sobrina del actor Benjamín Vicuña.
Rafaela, hija de Juan Pablo Vicuña, hermano del actor, llamó la atención en el mundo de las artes y la cultura por su prometedora carrera en la música.
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Rafaela y su aproximación a la música
Rafaela inició en la música a los 6 años. Desde entonces comenzó su búsqueda para aprender a tocar algún instrumento, eligiendo –tras los consejos de una docente- el violonchelo.
Cuando empezó a dominarlo, formó parte de la Orquesta Juvenil de la Corporación Cultural de Lo Barnechea, lugar en el que participó junto a otros niños con aptitudes musicales.
Fue el paso por la Corporación el que inició su vida musical, posteriormente formando parte del Conservatorio y el Instituto de las Artes Superiores de la Universidad de Chile, lugar en el que enfocó al 100% sus energías para el perfeccionamiento de su técnica.
“A los 12 años entré a estudiar al Conservatorio de la Universidad de Chile para comenzar a formarme de una manera profesional en lo que es el violoncello, por lo tanto tuve que dejar de lado el colegio y optar por colegios con enseñanzas alternativas diseñadas para artistas y deportistas de élite”, mencionó Rafaela a La Revista Sábado, según consigna BioBioChile.
La joven chilena ha ido ganando reconocimiento a través de sus participaciones tanto en nuestro país como en el extranjero, siendo parte del Festival de Música de Santa Catarina, en Brasil; Festival Internacional de Piano y Música de Cámara, en Buenos Aires, Argentina y, por supuesto, mostrando su talento en su natal país, en donde fue ganadora del concurso de Talentos Jóvenes de Chile, organizado por el Teatro Municipal de Santiago.
Un giro importante en su vida
Rafaela, luego de formar parte de diversas agrupaciones e instituciones culturales en Chile, decidió, por medio de un consejo docente, postular al Conservatorio de Música Rueil-Malmaison, en Francia.
La joven chilena mencionó al citado medio que “a mis 17 años vine por primera vez a Francia para audicionar al Conservatorio de Rueil-Malmaison en Paris y fui seleccionada para estudiar con Nadine Pierra (violoncello solista de Radio-France)”.
“El director del conservatorio me ofreció guardarme el puesto como alumna por mientras que terminaba mis estudios secundarios y tramitaba mi visa en Chile, así que lo tomé. Fue una difícil decisión para mi familia y un gran esfuerzo que me hayan dejado vivir sola a los 17 años a miles de kilómetros de ellos, pero sabían que era lo correcto”, añadió.
“Cuando toco el chelo, hago lo que más me gusta, le pongo muchas ganas y energía, porque lo hago con pasión y constancia”, enfatizó Rafaela, haciendo ver que realmente lo que hace es por amor al arte y lo que conlleva la dedicación que aplica.
Cabe mencionar que además de destacar como promesa musical, también sorprende por ser entre sus compañerosla chilena más joven en formar parte del Conservatorio Rueil-Malmaison.
Para poder continuar en la música
La Covid-19 ha afectado a todo el mundo y Rafaela también se ha visto perjudicada por ello.
Por este motivo hizo un llamado a través de redes sociales, en donde invita a sus seguidores y fanáticos de su arte a colaborar en su página GoFundMe, lugar en el que, por medio de donaciones, busca llegar a un total de 5.000 euros -alrededor de 4.5 millones de pesos chilenos- para poder continuar con sus estudios de música.
Ella señala que “el gran problema que tuve durante el 2020 fue que, al estar todo funcionando a medias (debido a la pandemia), no me dejaron cambiar el estado de mi visa de ‘menor escolarizado’ a ‘estudiante con derecho a trabajar’, por lo tanto, no pude trabajar ni juntar la suma de dinero que me había propuesto para contar con el arreglo de mi violoncello y cosas útiles para ello, una nueva caja para mi instrumento y pagar parte de mis estudios”.
“Hoy ya llevo un año viviendo y disfrutando de este hermoso camino que es el aprender de los grandes maestros y de la música. Pero queda mucho por delante. Por lo tanto, te invito a, si puedes, ser parte de mi historia como estudiante de este bello instrumento y ayudarme de la forma en la que puedas”, concluye.
