Hace unas semanas Canal 13 volvió a transmitir la segunda temporada de Masterchef, que mostró hace poco la eliminación de Andrés Bravo, oriundo de Punta Arenas y que se caracterizó por usar boinas durante su participación.

En Página 7 conversamos con el arquitecto, de 37 años, quien se sigue desempeñando en la municipalidad de su comuna, y tras su salida del espacio en un programa de cocina de un canal local.

Andrés recalcó que no le importó no llegar a la final, pues se le abrieron varias puertas y oportunidades que ha aprovechado y que le permiten seguir ligado a lo que le gusta.

Iba por 3 meses

Bravo nos contó una exclusiva y que tiene que ver con el tiempo máximo que él podía estar en el espacio: “Yo iba por 3 meses. Soy arquitecto, y por ser empleado público tengo un permiso sin goce de sueldo por 3 meses, entonces ocupé uno para poder ir a Masterchef. Por 3 meses no me pagaron y la producción sabía que yo iba por 3 meses solamente”.

“Si tú te das cuenta, cuando salí de Masterchef (día de su eliminación), estoy todo de negro porque yo sabía que me iba. Entonces hay cosas que uno conviene con la producción y en este caso mi salida estaba convenida. En su momento no se cuenta nada porque hay un contrato de confidencialidad”, reveló en conversación con nuestro medio.

“Cuando fue el repechaje yo no iba a ir, pero por temas de contrato la producción como que te obliga. Si bien en el contrato te dice que no te puedes negar a asistir a alguna actividad que te indique la producción o canal, yo había dicho que no podía ir porque no podía quedarme, porque ya estaban los 3 meses (sin goce de sueldo). Cuando fui al repechaje, me faltaba una semana para que yo tuviera que volver a Punta Arenas. La producción sabía que no podía quedarme”, añadió el cocinero.

“A los dos días yo viajé de vuelta a Punta Arenas. Tuve que ir obligado al repechaje, obviamente después entendí por qué tenía que ir al repechaje, porque en el programa como que siempre armaron una supuesta polémica de que no querían que yo estuviera allí. Me imagino que tenían que hacer una continuidad de la historia, de lo que habían dicho mis compañeros en cámara”, expresó Bravo.

A su vez, el arquitecto aseguró que “Nakasone habló conmigo, me dijo ‘Andrés quédate, te vamos a pagar'”. Eso nadie lo sabe, que estaban esperándome para grabar el repechaje y me fueron a buscar. No me podía negar por la cláusula del contrato”.

Y continuó: “Nakasone me ofreció 250 mil pesos para que me quedara, por mes. Yo le dije ‘no, con esa plata no vivo’ Yo no estaba en Masterchef por polémica, yo iba porque me gusta cocinar. Podía ir por 3 meses, porque había un compromiso con mi jefatura y tenía que volver”.

“Te cuento esto ahora porque antes había un contrato de por medio y tenía un montón de cláusulas. En su minuto uno no podía decir casi nada, como qué pasó en Masterchef, adentro. Pero ya pasó el tiempo, son cosas que he contado a mi círculo cercano, cosas que quizá mucha gente no sabe pero no las encuentro negativas; es parte del tema, como cualquier trabajo”, complementó el exparticipante de la segunda temporada.

“Llegué hasta donde podía llegar porque debía volver a mi realidad. Estuve viviendo 3 meses en Santiago y el canal no nos pagaba. Nos pagaban como 10 mil pesos (por grabación) y con eso teníamos que alimentarnos y (pagar) transporte. Como verás con esa plata no se puede hacer mucho, por eso me extrañó cuando me decían ‘te vamos a pagar tanto'”, añadió.

Andrés nos aseguró que “mis compañeros de Masterchef nunca lo supieron, porque cuando a mí me dice esto la producción, en este caso Nakasone que habló conmigo, yo de inmediato entré a grabar el repechaje. Me fui y nunca más los vi directamente a mis compañeros, entonces nunca hubo una instancia para decirles ‘me ofrecieron esto, ojo, peleen su lugar para que les paguen'”.

“Yo no iba porque me pagaran, yo iba para aprender y porque quería estar en un programa de cocina”, cerró Andrés.