Luego de una extensa pausa producto de la emergencia sanitaria que impacta a Chile y el mundo, el espacio conducido por Martín Cárcamo, Bailando por un sueño, alista sus últimos detalles para volver este lunes 25 de mayo con varias sorpresas.

Lo anterior, ya que el programa contará con nuevos participantes, cambios en el jurado y un nuevo formato de competencia que se adapta a las nuevas normas de distanciamiento social, un desafío que ha puesto a prueba a todo el equipo detrás del espacio, que, con un trabajo arduo y detallista, logró mantener vigente la realización del proyecto.

Y así como unos se van, otros llegan. Por eso, la producción trabajó arduamente para renovar el elenco de la competencia, centrando la búsqueda en personajes identificados con el público. De esta manera, las nuevas figuras del espacio son: Jhendelyn Nuñez, Karen Bejarano, Leandro Penna, Nacho Pop, Faloon Larraguibel, Antonella Ríos y Nelson Mauri, quienes se suman a los famosos que fueron parte de la primera etapa de Bailando por un sueño: Thiago Cunha, Felipe Contreras, Américo, Carmen Gloria Bresky, Belén Mora, Felipe Vidal, Yamila Reina, Sofía Camará y Sensual Spiderman.

Los nuevos famosos en competencia entran representando a las mismas fundaciones que sus antecesores y harán parejas con los mismos bailarines. En el caso de los coaches, se disminuyó el equipo original de 16 a 8, por ende, cada coach tendrá a dos parejas a cargo a partir de el reestreno del espacio”.

¿Y el jurado?

En este caso, también hubo modificaciones que responden a resguardos médicos. En este nuevo escenario, Carola de Moras y el argentino Aníbal Pachano no continúan en el programa, dejando su lugar a la querida Eva Gómez y un exigente Jaime Coloma, que llega con el cartel de ser el jurado más duro de esta nueva etapa.

El BAR tampoco quedó exento de modificaciones. La maestra Karen Conolly se excusó de continuar por ser parte de la población de mayor riesgo de la pandemia, por lo que el bailarín lituano Neilas Katinas será quién tome la posta de la evaluación técnica con su reconocido estilo y rigurosidad, junto a Felipe Ríos.

Finalmente, el espacio se adaptó ante la contingencia sanitaria y, al margen de que todo el equipo técnico presente en el estudio utiliza mascarillas, guantes y trajes especiales, se incorporaron pantallas de separación transparente para el jurado, los coaches y el BAR. Además, los participantes no pueden tener contacto directo durante la realización de las coreografías. Una dinámica conocida como “baile espejo”.