Sebastián Longhi se hizo conocido en el reality Protagonistas de la Música de Canal 13, luego ingresó a la cuarta temporada de Pelotón y terminó su carrera televisiva como el ganador de Mi nombre es VIP.
A partir de ahí, el exchico reality se desligó de los sets de televisión, para darle un vuelco rotundo a su vida. Y lo consiguió. Fue así como hace un tiempo supimos que se dedicaba a la producción de paltas orgánicas, las que él mismo produce y vende a comunidades ecológicas.
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Y ahora, Longhi volvió a sorprender con otra faceta que, quizá para muchos, era desconocida: el tarot. ¿Cuando nació este interés?
“Recuerdo que al recibir la mesada en mi preadolescencia, al tiempo de comprar cómics de Star Wars, también compraba libros de astrologia, astronomía y diferentes cartas para la lectura. Hace un par de años que terminé estudios más profesionales y los llevé a la práctica con la seguridad que te da un estudio serio y adulto”, confiesa a Página 7.
¿Cómo lo hace para estar en constante reinvención? El joven explica que “más que una reinvención es parte de un todo, en donde lo crucial es dónde y con quién te desarrollas: el hogar, la familia, los amigos y por sobretodo, tu compañera. Es ir sumando”, relata.
Asimismo, contó que todo es como un “efecto dominó” y entregó un clarificador ejemplo. “Si vivo en el campo, sembraré orgánico; si ensayamos presentaciones y me caigo, voy a sembrar matico para curarme; si estoy flácido, vamos a crear un espacio para hacer ejercicios, en este caso yoga. Como creamos un espacio para el yoga, también lo hay para leer las cartas“, argumenta.
Respecto a lo que más le ha llamado la atención de esta experiencia con el tarot, Longhi sostiene que “todos los días te asombras ante lo que falta por aprender. Todo baila junto, una maestría que tomas, te lleva a otro eterno aprendizaje. Todo lo que me rodea lo es, quien se sienta al frente mío en una lectura, el 100% de las veces resulta ser una o un maestro”, relata a nuestro portal.
Respecto a sus sesiones de tarot, el otrora imitador de Miguel Bosé añade que “sólo atiendo a una persona por día, con un valor de 30 luquitas. Hasta antes de este momento universal que vive el planeta, fueron sesiones sin límite. Vale decir, los amigos que querían que les leyera las cartas, venían a nuestro hogar y se podían quedar todo el día, sin límite de preguntas ni tiempo. Todo el día compartiendo con personas que llegaban como consultantes y se iban como amig@s. A esto mi compañera le llama ‘Conversatorio del Tarot'”, cuenta.
Respecto a si la contingencia por el COVID-19 lo había afectado, Longhi explica que no le gusta referirse a lo perdido, sino a lo que ha sacado de positivo durante este período.
“El coronavirus, como la vida, me obligaron a descubrir el tremendo mundo que puedes crear en torno a lo virtual. El primer día que hice un “en vivo” del tarot por las redes, quedé fascinado. Es impresionante como un mismo aparato que siempre alejó a las personas, ahora nos acerca. Hay un intercambio de emociones con un cause que siempre termina en una sonrisa”, reflexiona.
Por lo mismo es que ahora sus sesiones son a través de videollamadas y WhatsApp, con un valor de 10 mil pesos. “A eso sí le podemos llamar reinvención”, cierra.
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