Este jueves, el Gran Rojo vivió una intensa jornada de competencia, en donde además tanto el jurado como los mismos participantes, tuvieron la oportunidad de salvar a tres integrantes de la temida capilla, en ambas categorías.
Sin embargo, y a pesar de estar en dicha posición, extrañó la ausencia de Pablo Ñancucheo, bailarín que había perdido el versus frente a Matías Falcón. Álvaro Escobar sólo se limitó a informar que el bailarín estaba con licencia médica.
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Esta situación generó que fueran sólo dos los rescatados, siendo los elegidos Jazz Torres y Geraldine Muñoz, pasando a viernes de eliminación Pía Weidmann, Juanfra Matamala y Rodrigo Canobra.
Pero, ¿qué le pasó a Ñancucheo? Él mismo se encargó de aclarar su situación. “Tuve una luxación en el dedo chico del pie izquierdo. Fue en pos de una propuesta par salir de capilla”, comienza explicando el joven intérprete a Página 7.
Pablo contó que para su presentación iba a ocupar la música del grupo Red Hot Chilli Peppers y que el inicio contemplaba una maniobra sobre la mesa del jurado. Ensayando esta pirueta fue que se provocó la lesión, que también lo dejó fuera del concierto del Clan Rojo, en el Movistar Arena.
“Tenía que ejecutar un lateral -especie de mortal, pero de lado- para empezar la coreografía. Me tiré y caí bien. Luego iba a la oficina a proponerlo y cuando estaba en el ascensor me doy cuenta que el dedo estaba inflamado. Me fui directo a la enfermería, ahí me hicieron una ficha y me mandaron al traumatólogo en el Hospital del Trabajador”, comentó el pololo de Piamaría Silva.
Debido a esto, le dieron 21 días de licencia, pero no sabe si en el programa aguantarán esas tres semanas. “Es harto tiempo. Estoy trabajando con masoterapia para agilizar la recuperación. Ellos (producción) van a ver cómo solucionarlo. Me dijeron que no sabían si me iban a esperar las tres semanas, pero no lo van a hacer, ya que a la Camila (Vásquez) sólo le permitieron dos“, relata, añadiendo que le hizo una propuesta al programa.
“Lo que pedí es que me dieran siete días para ver si hay mejoras; si no las hay, simplemente lo dejaría en manos de la producción. Ahora puedo caminar lento, pero no puedo bailar”, manifestó.
¿Cómo se ha sentido con todo esto? Pablo fue sincero: “Lloré, pero no por dolor del dedo, sino por rabia, tenía mucha rabia, porque estaba tan motivado de dejar la capilla lista. No sé cómo pasó todo esto, cómo se hinchó de esa manera”, confesó.
Respecto a si ha recibido mensajes de sus compañeros en el espacio de talentos, Ñancucheo dijo que “ni siquiera he querido verlos, porque siendo honesto es injusto para ellos. Me da lata verlos porque sé lo que se siente y por lo que vi en pantalla no los vi muy contentos, pero puede ser sólo mi impresión. Ahora quiero enfocarme en la recuperación para seguir compitiendo”, sentenció el bailarín.
