Fue una reconocida figura de la farándula chilena hace algunos años. Amalia Granata es recordada en nuestro país por un sinfín de escándalos y romances que la hicieron conocida junto a otras figuras argentinas de ese entonces, como Luciana Salazar y Rocío Marengo.

La trasandina no sólo arribó a Chile en ese entonces para gritar a los cuatro vientos que había vivido un intenso affaire de una noche con el cantante Robbie Williams, sino que además mantuvo una relación con Marcelo Díaz, actual pareja de Millaray Viera, y con Marcelo Chino Ríos, además de pelearse con figuras como Pamela Díaz y Amanda Cibely.

Sin embargo, la rubia decidió dejar todo eso atrás cuando retornó a Argentina, se tituló de periodista, se convirtió en madre y comenzó a dedicarse a la política, carrera con la que el pasado domingo vivió un gran triunfo al ser electa como diputada provincial de Santa Fe, por el partido Unite por la familia y la vida.

“Recordábamos con Leo, mi pareja, que cuando yo comencé con la política, mi hijo Roque tenía tres meses. Yo lo dejaba y me venía hasta acá. Todo ese sacrificio que hicimos en familia valió la pena, porque los resultados fueron increíbles”, señaló la ex modelo, que obtuvo 284.755 votos.

Pero más allá de la felicidad de su logro, Granata conversó con el programa trasandino Involucrados para hacer dos anuncios. Uno referente a que abandonará completamente su carrera televisiva en programas como Pamela a la Tarde y el otro para denunciar que, durante su campaña, recibió gran cantidad de ataques y amenazas.

“He sido ninguneada, destratada y maltratada. Algunos decían: ‘Esta hueca que trabaja en la tele y mostró las tetas y el culo’. Por mi condición de mujer y por mi exposición me discriminaron. En el final de la campaña se empezaron a viralizar las fotos que hice en Playboy. Como si me avergonzara, queriendo decir que porque mostré el cuerpo en su momento hoy no tengo las capacidades para estar en este cargo”, afirmó.