“Desde que entro al tapiz, estoy yo sola con mi cabeza, tratando con demonios en mi cabeza (…) Debo hacer lo que es bueno para mí y concentrarme en mi salud mental”, decía la gimnasta Simone Biles, minutos después que decidiera retirarse de la competencia en los Juegos Olímpicos.

Y es que para nadie es un misterio que la deportista estadounidense ha tenido que lidiar con escenarios adversos en la vida, en donde uno de los más mediáticos fue el abuso sexual que sufrió por parte del exmédico de gimnasia de EE.UU., Larry Nassar, junto a otras excompañeras de equipo.

Si bien Biles contó que al principio se resistió a la terapia, finalmente accedió, brindándole la ayuda que necesitaba. “Es un espacio seguro”, afirmó a la revista Glamour hace algún tiempo.

Lo cierto es que el caso de Biles no es nuevo en el deporte, de hecho existen varios deportistas que han mostrado abiertamente su lucha por superar diversos problemas de salud mental.

A continuación te dejamos 7 experiencias de deportistas olímpicos, de acuerdo a una recopilación que hizo el sitio Insider.

Naomi Osaka

La tenista japonesa abandonó Roland Garros y se perdió Wimbledon para enfocarse en su salud mental previo a los Juegos Olímpicos de Tokio.

Incluso, la ganadora de cuatro Grand Slam, se negó a participar en conferencias de prensa en el abierto parisino, “para ejercitar el cuidado personal y la preservación de mi salud mental”, expresó a la revista Time, acción por la que fue multada.

 

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Más tarde, explicó en redes sociales que sentía “grandes oleadas de ansiedad” antes de hablar con los medios y que había experimentado episodios de depresión justo antes del torneo, sin embargo, la organización del certamen, no le creyó, afirmó.

No se lo deseo a nadie y espero que podamos promulgar medidas para proteger a los atletas, especialmente a los frágiles. Tampoco quiero tener que involucrarme en un escrutinio de mi historial médico personal nunca más”, indicó la nipona, que ya fue eliminada de Tokio 2020.

Simone Manuel

La nadadora estadounidense fue diagnosticada con síndrome de sobreentrenamiento y calificó sus problemas de salud mental como su “pelea más grande”, en una conferencia de prensa, brindada en junio.

Tras quedar fuera de los 100 metros libres femeninos en las pruebas olímpicas, evento en el que ganó el oro en 2016, reveló que había estado lidiando con depresión, ansiedad e insomnio como resultado del síndrome de sobreentrenamiento.

 

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“Creo que fue algo que no noté hasta que mi cuerpo se estrelló por completo“, dijo Manuel, aunque los problemas de justicia racial, también contribuyeron a un deterioro en su salud mental.

“Este último año para la comunidad negra ha sido brutal y no es algo que pueda ignorar. Fue solo otro factor que puede influir en uno, mentalmente, de una manera agotadora”, aseguró.

Kate Nye

La levantadora de pesas compartió su experiencia luego de haber sido diagnosticada con trastorno bipolar, para ayudar a romper los estigmas.

La norteamericana manifestó sentirse “ofendida” cuando le diagnosticaron su condición por primera vez, pero se dio cuenta de que su reacción era producto del estigma que rodeaba la afección.

kate nye
AFP

“Solo quiero publicarlo para que otras personas no se sientan así”, dijo a NBC. “No deberías adjuntar palabras como ‘loco’ o algo así a un problema literal de salud mental”, agregó.

“He tenido tantos fans que se han acercado y me han agradecido por hablar de ello y han ido a un terapeuta porque he hablado sobre eso”, sostuvo la nombrada levantadora de pesas mundial del año en 2019, por la IWF.

Virginia “Ginny” Fuchs

La boxeadora compartió su experiencia viviendo con Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), a sus compañeros de la disciplina en Estados Unidos.

“Cuando vi cómo reaccionaron, quise aprender y entender más. Me sentí más cómoda hablando de ello con la gente, haciendo correr la voz, ayudando a las personas a entender no solo con el TOC, sino con la salud mental en general“, expresó en junio de este año.

 

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“Hay muchas personas que verás todos los días, pero no sabes con qué están luchando, porque no necesariamente lo ves. Si hablas de ello y ayudas a la gente a entenderlo, puedes romper la barrera de estar ‘loco’ o ser ‘raro’“, complementó.

Brittney Reese

La exponente del salto largo compartió que comenzó a ver a un psicólogo deportivo después de que una lesión en la cadera afectara su salud mental.

“Siento que la lesión en la cadera realmente me arruinó, porque sé de lo que soy capaz“, dijo Reese a USA Today durante los últimos Juegos Olímpicos de verano, en 2016.

 

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“Verme a mí misma no hacer un podio, verme a mí misma no hacer un final, verme ni siquiera saltar siete metros realmente me puso en una mala posición“, afirmó la estadounidense, quien fue operada en 2013, un año después de ganar el oro olímpico.

Raven Saunders

La lanzadora de peso habló abiertamente sobre su lucha contra la depresión, la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático y los pensamientos suicidas en un documental, llamado Un atleta olímpico se enfrenta a la depresión.

En la producción, Saunders compartió que contemplaba terminar con su vida en un punto particularmente oscuro en 2018, cuando sintió el “peso del mundo descansando sobre mi pecho”.

No obstante, un mensaje de texto a su antiguo terapeuta la ayudó a obtener el apoyo que necesitaba. En mayo de este año afirmó estar “mucho mejor”, aunque reconoció que no todo es fácil, puesto que “aún tienes tus luchas, todavía tienes tus batallas. No quiero que la gente me mire y me diga, ‘Oh, lo tiene todo resuelto’ “, aseguró.

Allison Schmitt

La nadadora habló sobre hundirse en una depresión después de los Juegos Olímpicos de 2012 y el suicidio de su prima en 2015.

En un perfil de ESPN, la deportista compartió cómo Michael Phelps vio que estaba luchando y le ofreció apoyo, lo que la impulsó a comenzar a ver a un terapeuta.

“Michael estaba parado justo en frente, me detiene y me dice: ‘oye, sé que no eres tú misma, sé que tal vez estás pasando por cosas y estoy aquí para ti si necesitas ayuda’“, contó la estadounidense.

Además, Schmitt dijo que la muerte de su prima en 2015 le hizo darse cuenta de que quería compartir sus propias batallas contra la depresión.

“Sabía que este era un momento en el que podría salvar a la próxima persona que estuviera luchando, a la próxima persona que piense que su vida no vale la pena”, cerró.