“Se escribe fútbol y se pronuncia el amor de mi vida”. Así define Natalia Alarcón, de 48 años, la actividad a la cual está ligada desde que comenzó a dar sus primeros pasos y que la llevó a marcar un hito: transformarse en la primera futbolista chilena en jugar en el extranjero.

“Soy hija y nieta de jugadores de fútbol, así que yo creo que todo está en los genes. Desde los cinco años que mi papá me llevaba a las canchas, porque participaba en equipos amateur bien conocidos en la región”, dice la oriunda de Salamanca, en la región de Coquimbo.

Siempre rodeada de niños, Natalia cuenta que vivía atrás de una cancha de fútbol, separada por una reja con alambre de púas. Allí forjó su historia, la que tuvo un giro inesperado en la década de los 80, producto de la dictadura.

“A mi abuelo lo detuvieron y estuvo preso en las cárceles de Illapel y La Serena y en el año 74 o 75 lo exiliaron a Países Bajos. Mi papá se fue el año 84 y él nos mandó a buscar el 86, porque allá había mejor vida, más futuro para nosotros”, cuenta Alarcón a Página 7. Ese sería el inicio de su carrera deportiva.

“Llegamos a un barrio donde habían blocks enormes y vivían sólo extranjeros. Luego mi papá postuló a uno de esos departamentos y ahí nos independizamos. A partir de ahí empecé a jugar en las canchas de Holanda“, afirma la chilena, quien recibió el ofrecimiento de un amigo de su padre para unirse a un equipo del país tulipán.

natalia alarcon
Cedida a Página 7

Primero formó parte del DJK, de la tercera división, aunque reconoce que aquí el objetivo del técnico, más que competir, era “mantener a las chicas reunidas y pasarlo bien”. Luego dicho elenco se fusionó con otro, dando paso a Fortius, avanzando un par de niveles.

Sin embargo, fue su época en el Watburgia en donde se consolidó, obteniendo dos botines de bronce (premio a la tercera mejor goleadora) y en donde incluso sonó con fuerza para integrar la selección de Holanda, algo que finalmente no se concretó.

¿Qué pasó? “Mi situación legal. No tenía los papeles, ni un carnet de identidad. Los solicité tres veces y nos fuimos a juicio para poder optar a la residencia, pero siempre salió negativo y nunca me la dieron. Afortunadamente nunca tuve un problema legal”, manifiesta Natalia, que era conocida como ‘Romaria’.

natalia alarcon
Cedida a Página 7

“Habían unas amigas que me decían así, porque me gustaba mucho la forma de juego de Romario, cuando jugaba en el PSV. Yo lo seguía mucho a él y también la carrera de Iván Zamorano en el Real Madrid. Como Romario era sudamericano y yo también, ahí se dio esa comparación”, revela a nuestro medio.

Eso sí, Alarcón, quien actualmente estudia en el INAF para sacar su carrera como directora técnica, dice que nunca tuvo referentes y que tampoco se “casó” con un equipo de fútbol. “A mí sólo me gusta el buen juego, el juego asociado, un buen pase, una buena habilitación”, señala.

La fama que nunca llegó

Por lo mismo es que tampoco le preocupa el no haber sido tan “famosa” en aquellos años, ya que a ella lo único que verdaderamente le importaba era “ir al club, entrenar, jugar y entregarme en la cancha”. Eso sí, esboza que en parte su personalidad jugó en contra de su popularidad.

Yo no soy una persona que cuente sus cosas. Todo esto (de ser más conocida) se dio por una casualidad. Una jugadora de Deportes La Serena vio mis botines (de bronce) y me saca una foto y la sube a las redes sociales en el 2012 o 2013″, afirma, plataformas que eran impensadas en la década de los 90.

De todas formas contó con una aparición en el diario El Mercurio y una invitación al programa La Noche del Mundial, emitido por TVN. “Tenía el VHS, pero con tanta mudanza, no lo pude volver a encontrar”, se lamenta.

natalia alarcon
Cedida a Página 7

Ahora Natalia se encuentra cursando su segundo año en el INAF, además de integrar dos proyectos deportivos en la región de Coquimbo.

“Me gustaría dirigir a un club amaetur acá en La Serena”, confiesa su deseo la exjugadora ‘papayera’, que agradece a Deportes La Serena y Coquimbo Unido, ya que le han abierto las puertas para aprender de su trabajo. “Me han permitido estar al lado, tomando apuntes, aportando ideas. El fútbol femenino en región es muy rico, sano. La idea es ayudar a levantarlo para que las chicas tengan una oportunidad de llegar a un club grande”, afirma convencida.

natalia alarcon
Cedida a Página 7

‘Roja’ femenina y desarrollo del fútbol femenino

Cuando habla de la ‘Roja’ femenina, la voz de Natalia se llena de orgullo, ya que ha seguido de cerca la campaña de la selección en la Copa América disputada en nuestro país, certamen que les permitió clasificar de forma inédita al Mundial de Francia, y que hace pocos días consiguió los pasajes a los Juegos Olímpicos de Tokio.

“Clasificar a un mundial yo creo que es el sueño de todo deportista, estar dentro de las mejores, independiente del resultado que hayan tenido (no superaron la primera fase). A las chicas las admiro por su entrega, dedicación, valor, porque se atreven a hacer cosas, están muy unidas como grupo y eso se ve desde afuera y es un plus para trabajar de mejor forma”, dice Alarcón, quien posee una camiseta con la firma de cada una de las seleccionadas.

camiseta natalia alarcón
Cedida a Página 7

Y como voz autorizada, se anima a dar un pronóstico de la participación de Christiane Endler y compañía en la cita de los anillos. “Hay opciones, todas (las selecciones) son muy buenas y por algo están ahí, pero las veo compenetradas y con ganas de lograr algo, eso está muy latente en ellas, pero tienen que ir partido a partido, no apresurarse”, aconsejó la experimentada jugadora.

Respecto al avance del fútbol femenino en el país, Alarcón acota que “la asociación está al debe. Hay que mejorar las ligas amateur, que a nivel ANFA haya equipos femeninos, para que haya derecho a una formación, es muy importante eso. Así las chicas deberían estar jugando un par de temporadas en un club y no pasar de uno a otro, porque eso desarma a un equipo”.

¿Machismo?

“Aún hay algunas generaciones que dicen que este es un deporte que se ve feo en mujeres, pero tenemos que tener en cuenta que nuestra cultura sudamericana lamentablemente es machista. Se ha avanzado, pero todavía falta”, dice Alarcón respecto al machismo en el fútbol, algo que ella no vivió en Holanda.

Esto porque la primera selección femenina de Holanda jugó en 1971, mientras que los clubes, en los cuales participó Natalia, tenían rama femenina desde la década del 70. “Teníamos buses gratis, auspiciadores, becas deportivas, mientras que acá ves a las jugadoras que tienen que ver cómo se van a transportar. Hay bastante en lo que hay que mejorar”, apunta.

natalia alarcon
Cedida a Página 7

Por último, hay otra cosa del fútbol masculino que a la primera chilena en jugar en el exterior le molesta: la simulación. Por lo mismo es que, confiesa, no ve mucho a los partidos de hombres.

“Andar exagerando una falta, andar revolcándose, atrasando el juego, hablando con el árbitro. Esa es la gran diferencia con las mujeres. A ellas las golpean, pero a los segundos están arriba y ‘sigamos con todo’“, finaliza la mujer que escribió su historia con fútbol y que se transformó en el amor de su vida.